Nadie se quedará detrás

Jerez de la Frontera

Me encanta la derecha liberal económica. Esa que sólo cree en el Mercado, y abomina del Estado. Esa que lleva dos meses exigiendo millones y millones de dinero público, del dinero de todos, para solucionar todos los problemas: las pérdidas de las empresas, el sueldo y la seguridad social de los desempleados, las subvenciones para el alquiler, la hipoteca, la luz, el agua, los avales bancarios...

Y que, con el dinero de todos, también se domine la pandemia, se encuentre una vacuna, se controle la seguridad, se construyan hospitales de campaña, se compren equipos médicos… Que no se escatimen millones de dinero público, del dinero de todos, que es que es imprescindible…

Parecen simpáticos estos liberales.

Y, además, que se reduzcan los impuestos para evitar despidos y dinamizar la economía, que se eliminen las tasas correspondientes a estos meses. También exigen que no se dispare el déficit público, que no se vaya a Bruselas como pedigüeños, que no se endeude el Tesoro Público…

¿A que parece divertido? ¡Es la cuadratura del círculo!

El resumen sería algo así: soy liberal, no quiero Estado ni impuestos, pero, cuando haya problemas, que el Estado lo pague todo con el dinero de los impuestos de todos.

¿A que parece gracioso?

Pues no, no es un pensamiento gracioso, es un pensamiento contradictorio, cínico, incoherente y pernicioso para la inmensa mayoría, un pensamiento que provoca e incrementa la desigualdad.

Afortunadamente contamos en España con un gobierno progresista, de izquierda, que prefiere solidaridad fiscal mejor que caridad farisea del euro para pan, que prefiere patriotismo de IRPF frente a banderitas y bulos, que prefiere los servicios esenciales en manos públicas mejor que como negocios en manos privadas, que prefiere QUE NADIE SE QUEDE DETRÁS al SÁLVESE EL QUE PUEDA de los liberales de la derecha.

Así lucharemos contra la desigualdad y contra la pobreza. Porque somos una misma especie, la humana, y vivimos en un mismo lugar, la Tierra.

Como dijo el clásico: “soy humano y nada humano me es ajeno”.

Feliz jueves de “no feria”…