Algo se mueve en la política canaria

Las Palmas de Gran Canaria

Hubo un seísmo esta mañana en Canarias, algunos lo notaron y otros no. Lo mismo está ocurriendo en la actividad política en plena pandemia. Hay movimientos soterrados que pueden quedar en nada o derivar en algo. Tampoco está claro si su alcance será significativo, aún es pronto para saberlo. Pero va quedando cada vez más evidente que algo se mueve en la política canaria desde la irrupción del coronavirus. Como con la COVID, se perciben síntomas.

Hace justo en año, políticos, periodistas y ciudadanía estábamos inmersos en la duda de si el resultado de las elecciones del 26M supondría o no un vuelco para Canarias. Y así fue. Un pacto a cuatro desalojó del Gobierno a los nacionalistas, tras más de dos décadas en el poder. La expectativa era alta, muy alta.

Desde entonces hasta ahora, al presidente de Canarias Ángel Víctor Torres se le han puesto las cosas bastante cuesta arriba. Tras el parto del pacto a cuatro, llegó a su toma de posesión a mediados de julio pletórico y arropado por una amplia representación social. Pero una sucesión de acontecimientos bajó de la nube demasiado pronto al Pacto de las Flores: incendios pavorosos en verano en Gran Canaria; la caída de Thomas Cook; el cero energético de Tenerife y una histórica calima que provocó el cierre de aeropuertos y más incendios.

Pero aquello no fue nada con lo que quedaba por venir: un virus hipercontagioso y el frenazo en seco del motor económico de Canarias. El programa de Gobierno del pacto de progreso ha saltado por los aires a consecuencia de la pandemia. Y ni lo público ni lo privado terminan de coger resuello para salir del coma.

En este escenario, en el barco institucional se han abierto hasta tres boquetes en medio de la tormenta. En Sanidad, Educación y Turismo se suceden dimisiones y ceses de consejeros, viceconsejeros y directores generales. ¡Sanidad, Educación y Turismo! Casi nada. Y los relevos pendientes se demoran por las cuitas insulares. Seguimos siendo una suma de islas y no una región.

Y mientras, en el ámbito estrictamente político pasa lo de siempre en Canarias: movimientos sísmicos aquí y allá. NC descolocándose, Coalición Canaria recolocándose y en camino la reconquista de las Islas desde La Gomera (con el nombramiento de Teresa Berástegui como primer acto). Y de guinda al pastel algunas mociones de censura, venidas o por venir.

En fin, nada nuevo en las revueltas aguas de la política canaria. Aquí es más contagioso el gusto por desestabilizar que el propio virus.