La grandeza de los más pequeños

Cádiz

En realidad, este libro es hijo de un enfado. El profesor Francisco Cid Fornell, reconocido maestro de San Fernando, se encontraba en pleno confinamiento y observaba atónito cómo el mundo entero hablaba de reapertura de bares, estadios o centros comerciales, pero apenas había preocupación por los niños, sus necesidades y su futuro. "Entonces decidí encerrarme hasta terminar de escribirlo y poder publicarlo en cuanto se pudiera". Así, desde estaba rabia contenida ante el olvido a los más pequeños, ha podido publicarse tan rápido 50 historias de niños y niñas que cambiardon el mundo (Editorial Sentir, 2020). Se trata de un repaso a medio centenar de biografías increíbles, de personas que solo unos años después de nacer ya encontraron el sentido de sus vidas.

Cid reconoce que es un libro de historias ejemplarizantes, pero no siempre felices. "Muchos de estos niños sufrieron mucho. Pero sus vidas han servido de algo". Arranca con el relato de Samantha Smith, la niña estadounidense que se erigió como un símbolo de paz cuando decidió escribir una carta al mandatario de la URSS Yuri Andropov en plena guerra fría ante la escalada de tensión bélica que podía desencadenar en una enorme contienda. Su carta, que tuvo una enorme difusión, planteó, desde la inocencia de aquella misiva, la irracionalidad y sinsentido de una guerra.

La historia de Smith, la primera, se encuentra dentro del grupo de relatos que Francisco Cid ha agrupado bajo el epígrafe "Los niños del mañana", donde están también símbolos actuales como Malala o Greta Thunberg. Hay otro dedicado a los jóvenes inventores; otro a reyes, clérigos y misteriosos; y finalmente, otro en el que la unión hace la fuerza y reúne ejemplos en los que los protagonistas se aliaron en un mismo propósito.

El profesor ha rastreado con extensa bibliografía cada una de las 50 historias, con un lenguaje sencillo y revelador, que invita a seguir descubriendo más cosas de cada una de ellas. Su lectura transfiere con firmeza el mensaje que quiere hacer llegar: en la medida que cuidemos a nuestros niños, podemos hacer un mundo mejor. Por eso, Cid está tan enfadado con cómo se ha tratado a los más pequeños durante el estado de alarma y la pandemia del coronavirus. "No entiendo cómo se puede reiniciar una liga de fúbtol y no se puede usar un parque infantil", protesta.