Los test, una medida imposible

Canarias

El Gobierno de Canarias sigue defendiendo una medida de difícil aplicación: la realización de test en origen a los turistas que viajen hasta las Islas. La Unión Europea sostiene que no se les puede imponer a los viajeros, ni en destino ni origen. Y la ministra de Turismo, Reyes Maroto, lo ha reiterado por activa y por pasiva. Al final, en la última reunión con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se acordó una solución intermedia: test selectivos. Una medida que está aplicando también Grecia.

Más que despejar dudas, se dilata en el tiempo la incertidumbre sobre cómo se realizará ese control selectivo y sobre todo que efectividad real tendrá en el control de los posibles casos importados de coronavirus. Sabemos que la garantía total es imposible. Y pese a la disposición del Gobierno de Canarias de sufragar el coste de realizar los análisis en destino (40 millones para una previsión de 3 millones de turistas de aquí a final de año), todo está aún el aire.

Canarias siempre barajó el 1 de julio como la fecha de apertura de sus fronteras al viajero europeo e internacional. Pero todo se ha precipitado desde el momento en que el Gobierno de Pedro Sánchez anticipo al 21 de junio, es decir el próximo, la normalización de los flujos aéreos y portuarios.

De momento, lo único cierto es que nuestro puertos y aeropuertos se prepararán para poner en marcha protocolos como tomar la temperatura a todos los viajeros, reclamarles una declaración jurada de no ser portadores del virus ni haber estado en contacto con alguno de ellos.

La consejera de Turismo, Yaiza Castilla, defendió seguir manteniendo “posicionamientos de máximos” y no renuncia a que el test sea una obligación para los que decidan viajar a Canarias. Quizá a mediados de julio o agosto lo consigan, según ha afirmado. Pero para entonces ya habrán entrado en Canarias turistas durante un mes, ¿qué sentido tendrá entonces y cómo defender una medida que discrimina a los que vendrán con los que ya han llegado?

El debate, desde luego, no es nada fácil. Pero la realidad es que tendremos que acostumbrarnos a viajar, y a desarrollar todo nuestro potencial como destino, sabiendo que el riesgo no existe. La clave será cómo reacciones cuando se detecta un nuevo foco. Ese es el quid de la cuestión. Y no jugarse el todo o nada al dilema test sí, test no.