Palma

Buenos días. Todos los presentes recuerdan el comentario reciente en que descartábamos los saludos tradicionales.

En medio de la crisis pandémica y económica, un “¿cómo te encuentras?” puede resultar más tóxico que un abrazo acompañado de una nube de besos.

Sin embargo, descartar por casi insultantes los tradicionales “¿va bien todo?” no nos exime de encontrar un saludo alternativo.

Con notable esfuerzo, hemos hallado la fórmula que no peque de ofensiva y que deje abiertas las puertas al optimismo.

En concreto, nos dirigiremos a los conocidos con un acogedor “¿en qué fase te encuentras?”

Este saludo abierto obliga a precisar las fases de desescalada. La fase cero significa sin empleo ni dinero, la fase uno sin empleo pero con algunos ahorros, la fase dos en ERTE y así sucesivamente.

La respuesta numérica resulta más aséptica que el doloroso “todo me va de mal en peor”.

Además, la experiencia de las fases de desescalada nos ha enseñado que existe una notable movilidad entre ellas.

En la situación actual, no necesitamos tanto un remedio inexistente, para el virus y para la economía, como la perspectiva de una mejoría progresiva.

“¿En qué fase te encuentras?” cumple con esa misión de situarte sin agobiarte.

Y no, a la hora de responder no valen las fases bajo cero con números negativos.