Los hoteles no son hospitales

Palma

Buenos días. El peor restaurante es aquel donde el dueño se siente obligado a interrumpir varias veces la comida, para preguntar a sus clientes si están disfrutando de los platos sucesivos.

¿Qué vas a responderle, a la persona que puede envenenar el postre que te está confeccionando?

La primera regla del servicio es que no se note, la distancia es más importante que la proximidad de los establecimientos donde los clientes se sienten más vigilados que atendidos.

Y así desembocamos en la pandemia, donde la seguridad que prometen los hoteles a los escasos turistas parece concertada a cambio de un protocolo más apropiado para una prisión de alta seguridad.

En resumen, los hoteles no son hospitales, y las prevenciones adicionales que impone el coronavirus deben ser imperceptibles.

Los alemanes que se atrevan a viajar a Balears no habrán volado hasta aquí para que se les recuerde varias veces al día que la comunidad tiene camas libres de UCI, sino para olvidarse de las camas de UCI.

El turismo es una realidad paralela, es muy mala noticia que el plan piloto haya estado dirigido por el ministerio de Sanidad.

Faltan eslóganes para estos tiempos desolados, así que ofrecemos uno gratuito: “Balears, donde dejamos a los turistas en paz”.