Pascal Gaigne, la banda sonora del cine vasco

San Sebastián

Una filmografía de más de 100 títulos así como un Goya de entre un total de 5 nominaciones preceden a Pascal Gaigne, nacido en Caen, Normandía, y que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Euskadi. Hace más de 30 años que se instaló en Donosti, pero para él cruzar la frontera, incluso en esa época, fue algo natural: “Vivía en Bayona con Amaia Zubiria, y decidimos venir a vivir aquí porque nos parecía que había más alegría, más vida y más trabajo”.

A pesar de una consagradísima carrera en el cine, su obra no se limita al séptimo arte. Ha compuesto música para conciertos, obras de teatro y ha colaborado con distintos artistas, como la mencionada Amaia Zubiria o Labordeta. Su primera banda sonora marcó el inicio de un idilio con el cine vasco que continúa hoy, en el que destacan películas como “Ander eta Yul” del año 1989, hasta llegar a sus últimos éxitos, tales como “Handia” y La Trinchera Infinita” de los Moriarti (Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga) o “Errementari”, producida por Álex de la Iglesia. Películas como esta última son para Pascal la prueba de que el cine vasco tiene ahora más medios. Pero él insiste: “nosotros aprendimos a hacer cine haciéndolo. No sabíamos cómo se hacía, pero empezamos a probar. Ahora hay mucha más formación al alcance, yo no tenía ni el 10%”.

Es la de Gaigne una carrera que destaca también por la cantidad de obras compuestas. “No sé lo que es la hoja en blanco” afirma. “Aunque también es verdad que hay métodos para que la hoja no esté en blanco. Yo puedo estar un día componiendo, pero eso no quita que al final del día pueda pensar que lo que he compuesto es una porquería”.

A pesar de su origen, Pascal no se ha prodigado mucho en el cine francés. Para él la explicación es muy sencilla: “En Francia consideran que París es el centro del mundo. ¿Para qué vamos a contratar a un compositor que vive en San Sebastián, incluso si es francés, cuando tenemos todo aquí? Así de claro me lo han llegado a decir”.

A pesar de los éxitos, también hay frustraciones en el camino. Películas que no reciben la atención del público que merecerían, como es el caso de la reciente “Remember Me” del realizador Martín Rosete: “Es una pena porque era una película muy interesante, pero las películas de sentimientos lo tienen ahora más complicado que antes”.

Gaigne no ha dejado de componer ni durante el confinamiento porque, como él dice, “para mí componer no es solo trabajo, es algo más fuerte que eso”.