Varios investigadores rechazan que las Dunas de Maspalomas hayan mejorado tras el confinamiento
Cinco investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han publicado un artículo en la plataforma de divulgación científica 'The Conversation', en el que aseguran que las Dunas de Maspalomas no han recuperado el estado que tenían en los años 60 del pasado siglo. Los autores del artículo explican que los cambios durante el confinamiento son fundamentalmente estéticos y que es imposible "arreglar el daño de 50 años en tan sólo 3 meses".
Las Palmas de Gran Canaria
La recuperación de las Dunas de Maspalomas tras el confinamiento fue una de las noticias positivas que dejó el estado de alarma. A principio de mayo, el Cabildo de Gran Canaria anunció que la ausencia de turistas transitando por las Dunas había devuelto las infinitas ondulaciones que las hicieron famosas y el aspecto que tenían hace 50 años. Una afirmación que ahora cinco investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han rechazado en un artículo publicado en la plataforma de divulgación científica ‘The Conversation’
En este artículo, los científicos aseguran que “las noticias han podido transmitir a la sociedad el confuso y peligroso mensaje de que unos pocos meses de cese del turismo son suficientes para recuperar las Dunas o que los impactos antrópicos a los que están expuestas desde hace décadas no suponen un riesgo para su supervivencia”. Los investigadores analizan “las diferencias más evidentes entre el estado de las dunas en los años 60 del pasado siglo, antes del desarrollo turístico del sur de Gran Canaria, y la actualidad”. Sólo la construcción de urbanizaciones e infraestructuras turísticas supuso la destrucción de 114,5 hectáreas (el 24,1 %) de la superficie que ocupaba en los años 60. Además, la urbanización turística de Playa del Inglés alteró la dinámica del viento y el transporte de arena a nivel local hacia el interior del sistema, reduciendo la superficie ocupada por dunas móviles (-47,8 %) e incrementó la ocupada por dunas estabilizadas (+305,8 %).
Con la llegada del turismo, la línea de costa de la playa de Maspalomas sufrió un retroceso de más de 70 metros, lo que supuso la pérdida de 7,7 hectáreas de superficie de playa y dunas. Además del sistema sale al mar más arena de la que entra. Entre los años 1961 y 2003, estas áreas de erosión duplicaron su extensión (218,8 %). Además, durante esos mismos años, se han reducido a la mitad las poblaciones de balancón en la Playa del Inglés. Unas plantas que ya han desaparecido completamente de los alrededores de la Playa de Maspalomas.
Con todos estos datos, los científicos indican que “el sistema de dunas no ha recuperado la superficie que tenía en los años 60 del pasado siglo”, y que "es imposible arreglar el daño de 50 años en tan sólo 3 meses". Concluyen que “la superficie ocupada por las dunas móviles no ha vuelto a ser la misma que la existente antes del desarrollo turístico, que la línea de costa en la Playa de Maspalomas no ha recuperado la posición que presentaba en el año 1961 y que en las repoblaciones de balanconces realizadas en el marco del proyecto Masdunas se han plantado al menos 522 ejemplares de esta especie –384 para el reforzamiento de sus poblaciones y 138 para la generación de nuevas dunas–, pero aún es pronto para saber qué porcentaje ha sobrevivido”.
Por todo ello, los investigadores consideran que “los cambios experimentados por las Dunas de Maspalomas durante el confinamiento son fundamentalmente estéticos. Se ha destacado especialmente la formación y persistencia de rizaduras sobre las dunas ante la ausencia de visitantes”. Además, añaden que “la ausencia de turistas durante el confinamiento ha puesto el foco sobre la recuperación estética de las dunas de Maspalomas. Sin embargo, revertir el progresivo deterioro que se ha producido en las últimas décadas solo será posible mediante la supresión o minimización de los impactos ambientales asociados al uso turístico”.