Un fin de semana con muchas posibles aglomeraciones en Euskadi

Bilbao

La consejera Murga advirtió ayer de las preocupación que tenía el departamento de Salud en torno a los acontecimientos donde se puede congregar mucha gente. El ocio nocturno ha sido uno de los focos de los últimos días y este sábado podría ser una prueba de fuego para la ciudadanía vasca para ver si cumple o no.

Una prueba de fuego que se desarrolla en tres actos, tres focos donde la situación puede desbordarse si la ciudadanía no cumple. El primero es Vitoria. Allí hoy sería día de Blusas y de gran fiesta, pero este sábado no va a haner ni carreras de burros, ni paseillo, ni txistus, ni txarangas. En Gasteiz, el Ayuntamiento ha llenado las calles y las redes sociales haciendo un llamamiento a la responsabilidad bajo el lema "Este año no toca".

Otro de los puntos calientes de las aglomeraciones pasa por Getxo. En un 25 de julio normal en esta localidad, la gente estaría en la calle para degustar las paellas populares del Certamen Internacional de Paellas. Tampoco habrá allí aglomeraciones para degustar los arroces porque los actos de hoy llevan cancelados desde mayo.

Sin embargo, sí pueden haber fiestas privadas y paellas privadas donde se acumulen más de diez personas, por lo que la situación allí también puede ser preocupante. La alcaldesa de Getxo, Amaia Agirre, ya dejó claro en la antena de la SER qué esperaba de los getxotarras en esta jornada pidiendo "evitar aglomeraciones" porque la cancelación de las fiestas ha sido una decisión destinada precisamente "a evitar riesgos sanitarios". Si la sociedad no cumple este sábado, de poco habrá servido la cancelación.

El tercer foco está en el deporte, donde se quieren evitar imágenes como las vividas con la liga del Baskonia o, fuera ya de Euskadi, en celebraciones como el ascenso del Cádiz a Segunda División. Este sábado, son Portugalete y Sestao quienes protagonizan el potencial peligro, ya que esta tarde los equipos de esas dos localidades de la margen izquierda se juegan entre ellos el ascenso a Segunda B.

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Los portugalujos llevan dos años seguidos quedándose a las puertas del ascenso y en esta ocasión les vale hasta el empate para ser equipo de la Categoría de Bronce. El alcalde de la localidad, Mikel Torres, ha pedido responsabilidad a sus conciudadanos y ha dicho que, si se consigue el ascenso, será el momento de celebrarlo "en la intimidad", evitando las concentraciones de gente.