Afrenta machista en pleno Siglo de Oro

Además del asesinato del conde de Villamediana o el de Antonio Escobedo, las calles de Madrid tuvieron muchos otros ajustes de cuentas de gente de bien o “de porte” como se decía en la época. Uno de ellos tuvo como protagonista al popular Francisco Quevedo, aunque su historia es tan oscura como el relato que nos ha llegado.

Quevedo asesino

Pablo Antonio de Tarsia nos cuenta en La vida de Quevedo (1663) nos cuenta que en la antigua iglesia de San Martín, hoy desaparecida y con una placa de recuerdo junto a las Descalzas, el 31 de marzo de 1611, Jueves santo, Quevedo se enfrentó con una persona de porte, un noble, en defensa de una mujer honesta, también noble. Al parecer este botarate debió de entrar en la iglesia con cajas destempladas y levantó la voz a la mujer, llegándola a abofetear. Quevedo, incapaz de consentir tan imperdonable afrenta, intervino acabando todo en una reyerta ante la puerta de la iglesia. El hombre noble, del que no sabemos nombre ni nada, fue herido y poco después murió por causa de las lesiones.

La historia seguramente no debió de pasar de una simple discusión o reprimenda, toda vez que no hay constancia de la muerte de ningún noble aquella semana santa de 1611 (algo se habría colado en los dichos de la época) ni Quevedo fue sometido a juicio alguno después. Al parecer la biografía en donde aparece, escrita para los descendientes de Quevedo, intentaba ser amable con la vida del escritor con el fin de engordar los derechos por las ventas de las obras de tan insigne pluma.