El millón y medio de turistas ausentes

Palma

Hans y Ursula son un matrimonio alemán habitual del agosto balear, pero que este verano se han abstenido.

El año pasado, Hans y Ursula hubieran sido noticia, dos cobayas para investigar si peligraba nuestro atractivo en la metrópolis alemana.

Este año, Hans y Ursula no son un caso particular, sino dos entre casi dos millones de turistas de agosto que se han quedado en casa.

Las autoridades siempre optimistas reparan en el medio millón de personas que vinieron, pero a estos hay que olvidarlos porque por lo visto seguirán volando aunque aparezca un volcán en erupción en cada isla.

La incógnita, casi el misterio, es averiguar qué sucederá con los dos millones de Hans y Ursulas que este año no han venido.

¿Han descubierto Hans y Ursula otras islas más acogedoras y con menos coronavirus?

¿O se han quedado simplemente en alpargatas en su apartamento de Múnich, comprobando que en ningún sitio como en casa?

En resumen, ¿Hans y Ursula nos han dicho adiós o solo hasta la vista?

Lo que hemos perdido puede ser solo un avance de lo que perderemos.