La lección de la Audiencia a Urdangarin

Palma

No me preocupa lo más mínimo dónde duerma Iñaki Urdangarin esta noche.

Ahora bien, sé que durmió mejor que la inmensa mayoría de habitantes del planeta hasta que el Supremo confirmó la sentencia de la Audiencia de Palma, y que volverá a vivir en circunstancias desahogadas en cuanto concluya su condena carcelaria.

Tampoco me importa dónde duerman esta noche Jaume Matas o Maria Antònia Munar.

Lo importante es que con un gran esfuerzo y coste social pudieran delimitarse los hechos que afectan a Urdangarin, Munar o Matas.

De ahí que la decisión de la Audiencia Provincial de negarle el tercer grado a Urdangarin, atendiendo a la petición del fiscal, es ante todo una muestra de respeto al relato efectuado en su día por el tribunal.

Francamente, pensar en el Derecho Penal como castigo, rehabilitación o escarmiento implica tener ideas muy peculiares y disparatadas sobre los comportamientos de los seres humanos.

Al rehabilitarse como Audiencia, esta institución mallorquina le da una lección a Urdangarin.

Los corruptos supervivientes habrán sufrido un estremecimiento, lo cual tampoco está mal.