Company no quiere ganar, quiere heredar

Palma

El Biel Company comprensivo y compasivo que subió ayer a la tribuna del Parlament no se corresponde con el auténtico carácter del incendiario presidente del PP balear.

Sin embargo, si quieres cambiar de personalidad, conviene que tengas otra bien ensayada.

Company es el candidato unidimensional, se encuentra tan incómodo en su impostada actitud dialogante que ha facilitado enormemente la tarea del Govern sin mejorar las expectativas del PP.

Company se comporta como un conseller en el exterior, una función honrosa pero difícil de encajar con su auténtica tarea.

Desde Zapatero colaborando dócilmente con el absolutista Aznar antes de liquidar al PP, la estampa de consenso y de “estaremos con usted” de Company ha ofrecido réditos ocasionales.

Ahora bien, esta actitud queda impostada y forzada en el teórico jefe de la oposición.

Quiere parecerse a Cañellas, si Cañellas hubiera perdido cuatro elecciones en lugar de ganar todos los comicios a los que se presentó

Da la impresión de que Company no desea conquistar el poder, sino heredarlo, que le toque la presidencia por la lógica del turnismo.

Es verdad que el PP no es lo que era, y tampoco sería bueno para Balears que volviera a serlo.

Pero también es cierto que Balears necesita el aguijón de una oposición fuerte. Y no.