Morir con covid, morir de covid

A Coruña

Olatz Vázquez es el nombre de una periodista, de una fotógrafa, que hace unos meses comenzó a narrar en Twitter su experiencia durante la pandemia. Olatz tiene menos de 30 años. A ella le diagnosticaron en junio de este año un cáncer gastrico en Estadio 4. Un diagnóstico tardío provocado, en parte, por el colapso del sistema sanitario que vivimos en los meses de la primera ola de la pandemia.

Las víctimas del coronavirus son, según los registros oficiales, 217 sólo en el área sanitaria de Coruña-Cee. Más de doscientas personas que han muerto con coronavirus. Pero los propios profesionales de la sanidad reconocen que las víctimas, los pacienctes, los enfermos del coronavirus son muchos más. Álvaro Mena es médico internista en A Coruña, destaca todos aquellos que han dejado de acudir al médico por miedo a contagiarse en los centros de salud y hospitales.

Los infartos cayeron en las primeras semanas de confinamiento un 40%, según datos de los Colegios de Medicina. Las consultas en los servicios de Salud Mental disminuyeron un 80%. Es imposible saber cuánta gente ha muerto o morirá durante pandemia por infarto, ictus o cáncer. De enfermedades que no han sido tratadas o diagnosticadas. "Por eso las campañas de sensibilización son ahora tan o más importantes que nunca", tal y como ha recordado en esta semana contra el cáncer de mama Silvia Antolín, oncóloga en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.

Ahora que afrontamos la segunda ola del coronavirus, sin conocer sus consecuencias, todas las alertas han saltado. Desde el CHUAC han explicando que la situación en el hospital está por ahora controlada. Pedro Marcos, Neumólogo y Subdirector Médico de hospitalización del centro sanitario coruñés, asegura que ahora "conocemos mucho mejor el virus que hace meses, lo que supone también una mejor gestión de los recursos y de los tratamientos".

Sin embargo, sindicatos médicos y de enfermería advierten sobre los problemas que todavía persisten: la falta de personal para atender las necesidades hospitalarias o la precaria situación de la atención primaria, en donde podrían ser detectados buena parte de los problemas.

Quedan meses de otoño y de invierno por delante, de todos depende la incidencia de la pandemia y sus consecuencias.