Inmigrantes contra turistas

Las Palmas de Gran Canaria

La lentitud con que el Estado sigue afrontando la creación de la prometida red de acogida de inmigrantes en Canarias es desesperante. Por ello se ha prolongado su presencia en los hoteles. Ante esta realidad, corre el reloj y el Ayuntamiento de Mogán avanza en su ultimátum de desalojo y sanción a los empresarios que los acogen.

La cuestión es compleja desde el punto de vista jurídico y muy, muy delicada desde el punto de vista social.

Evidentemente, un hotel no es lugar para dar respuesta a la inmigración. Y que las zonas turísticas no contemplan ese uso es una obviedad. Como también lo es que un contrato entre el Estado y los hoteleros avala su utilización ante una emergencia humanitaria.

Ahora mismo no hay, por otro lado, conflicto de convivencia entre inmigrantes y clientes, porque el cero turístico, desgraciadamente, se ha prolongado.

Lo que estamos viviendo es un peligrosísimo comportamiento, por acción o por omisión, de los políticos. Incapaces de resolver un problema grave. E incapaces de no hacer uso partidista de él.

Y después nos quejaremos de que se asalten capitolios o, quien sabe, si también hoteles.