Supervivientes, no víctimas

Las Palmas de Gran Canaria

 Cada vez son más las voces que reclaman considerar supervivientes, y no víctimas, a quienes han sufrido algún tipo de violencia en el ámbito del hogar.

No es un matiz sútil. Es una forma de empoderar a quienes un día fueron despojados de su autoestima. Sometidos a maltratos físicos o psicológicos por personas cercanas, que les convirtieron en seres vulnerables. Pero que encontraron finalmente una salida. Y han renacido de sus cenizas.

Es también una inequívoca declaración, que desenmascara a una sociedad que no supo protegerles. Que miró demasiado tiempo a otro lado, amparando a los agresores en la intimidad de los hogares.

Hoy sabemos que no son actitudes aisladas, sino una lacra social. Pero al sistema de protección le falta aún conciencia, recursos y sensibilidad para convertir a más víctimas en supervivientes. Personas que un día se creyeron débiles y sin embargo, cuando rompieron las cadenas, se descubrieron fuertes y valientes.