El coronavirus no es una gripe para el turismo
Instalarse de nuevo en el optimismo irracional solo empeorará una situación devastadora

"La línea roja" de Matías Vallés (18/11/20)
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Palma
Los empresarios turísticos locales tratan al coronavirus como si fuera una gripe pasajera, nunca mejor dicho, para su actividad.
En su frívola visión, 2020 es una temporada salvada gracias a los ERTE, y el año próximo volverá la normalidad que se llama 2019 y anteriores.
El sector comete el mismo error que los epidemiólogos a principios de año, con el agravante de que la relativización de la pandemia ocurre cuando solo en Balears ha matado a cuatro centenares de personas.
Bienvenidas sean por tanto las declaraciones moderadoras en esta emisora del director de TUI para España y Portugal.
Por supuesto que las expectativas para 2021 mejoran a la aciaga temporada de 2020, pero estarán lejos de las cifras record anotadas en la segunda mitad de la década.
Balears ya perdió la gran oportunidad de ser la geografía pionera en la implantación de la PCR obligatoria en origen, y pagó la ausencia de test en la cancelación de la temporada casi antes de empezarla.
Instalarse de nuevo en el optimismo irracional solo empeorará una situación devastadora.
Y si creen que este artículo está desenfocado, fíjense en que ya nadie habla de aprovechar la pandemia para limitar el flujo exagerado de turistas poco rentables. Cuantos más mejor, y a cualquier precio.




