"Un matrimonio octogenario, vestidos con EPI para despedir a su hijo fallecido": la realidad del COVID-19
El jefe de Cirugía del hospital gijonés de Cabueñes, José Carlos Fernández, ha relatado la dureza de la pandemia con la historia de una familia vivida en el equipamiento
Gijón
Asturias es, en la actualidad, la comunidad autónoma con más pacientes ingresados en planta por coronavirus (29,87%) de acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Sanidad. El porcentaje se ha rebajado ligeramente mientras el de camas UCI ha crecido hasta el 48,5% siendo la cuarta región por detras de Aragón, Melilla y La Rioja. A simple vista son cifras, números, datos porcentuales a los que la sociedad parece acostumbrarse. Sin embargo, tras ellas hay vidas y familias.
El hospital asturiano que mayor presión asistencial soporta es el de Cabueñes y el jefe de Cirugía ha dado a conocer una historia sobrecogedora. Una escena que, en muchas ocasiones, es desconocida para la sociedad. José Carlos Fernández comienza apuntado que "¡se me ha caído el alma a los pies!". Los protagonistas de la historia son "un matrimonio octogenario cogidos de la mano, vestidos con EPI, entrando en una planta COVID para despedirse de su hijo fallecido, al que no veían desde hacía días. ¡Terrible!", ha relatado.
El profesional sanitario ha aprovechado para recordar que "detrás de cada muerto por COVID-19 hay una historia: una persona que muere en soledad, una familia que no puede despedirse de su ser querido... ¡Tomemos conciencia!". Y ha cerrado, enfadado por el desenlace, con un claro mensaje: "Los padres no tienen que enterrar a los hijos. ¡Es al revés!".
Josu Alonso
En la actualidad cubre información política aunque, con anterioridad, ha pasado por todos los departamento...