La nueva ley de educación

Jerez de la Frontera

La pasada semana se aprobó la nueva Ley de Educación en el Congreso con la mayoría absoluta de seis grupos parlamentarios, que viene a solucionar un grave problema de fracaso escolar y de equidad, ya que somos el país de la unión Europea en el que más alumnos repiten curso y con mayores cifras de abandono prematuro.

Algunos dicen: ¡Quiero tener libertad para llevar a mi hijo al colegio que me dé la gana!

Y, casualmente, les da la gana llevarlo a uno en el que no haya ni pobres, ni inmigrantes, ni niños con necesidades especiales y además lo quieren gratis. Esto no es libertad, esto son privilegios.

9 de cada 10 niños pobres y 8 de cada 10 hijos de inmigrantes están en la escuela pública, aunque sólo escolariza al 67% del alumnado.

El Estado no debe subvencionar ni la xenofobia, ni el clasismo, ni la aporofobia, más bien al contrario, debe fomentar el diálogo, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la democracia, la igualdad, la equidad, etc. La Educación debe ser el gran ascensor social.

Según un informe de CEAPA, el 90% de los colegios concertados, en su mayoría propiedad de la Iglesia Católica, cobran una cuota mensual, que termina siendo obligatoria, y por tanto ilegal. Así eliminan los niños que no interesan y se les envía a la pública.

En fin, repitamos incansablemente:

Todos los padres podrán elegir el colegio de sus hijos.

El castellano no desaparecerá ni en Cataluña ni en ninguna otra parte.

No se cierran los centros de educación especial.

El que quiera podrá estudiar Religión.

Se prohíbe el cobro de cuotas obligatorias para que todos los niños puedan acceder a todos los centros privados concertados con independencia de su nivel económico.

Se prohíbe la separación por sexos en los centros que pagamos entre todos.

O sea, que todo lo que argumenta la derecha es falso, y eso quiere decir que esconden algo.

En mi opinión esconden dos cosas:

1. Que la educación también puede servir para intentar cargarse a este Gobierno.

2. En el año 2030 habrá un 15% menos de niños en edad escolar y eso los tiene nerviosos.

Pero claro, es más fácil engañar a alguien que convencerlo de que lo están engañando.