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El mono y el emperador

Dos cumpleaños importantes se han celebrado recientemente en la familia Osborne. 150 años ha cumplido el mono más veterano del país, y 130 el emperador más importante de España

150 años ha cumplido el mono más veterano del país / A Copa Llena

Jerez de la Frontera

Aclaro para que no cunda el pánico. Me refiero el Anís del Mono y al brandy Carlos I, y ya saben ustedes que ambas marcas pertenecen a Bodegas Osborne. La exposición 150 Años de Anís del Mono y el lanzamiento del super premium y exclusivo brandy de Jerez Carlos I 130 años, constatan de alguna manera y en su segmento correspondiente de mercado, la intrínseca unión que estas dos bebidas espirituosas tienen con los españoles. El anís y el “coñac” forman parte de nuestro ADN. Y también de nuestro folklore.

Y además, es en estas fechas navideñas cuando la botella de anís del mono cobra más protagonismo aún, convertida en instrumento imprescindible para acompañar villancicos y zambombas, para escoltar y condimentar pestiños, y empapar polvorones… Hago bien en insistir en la botella de anís del mono a estos efectos musicales –ella es la banda sonora de nuestras navidades- . por que ella fue la primera. Después la imitaron bastantes, pero ella es la auténtica.

¿Han reparado alguna vez en el mono de la etiqueta? ¿Se han dado cuenta de que tiene cara de hombre?

Ignacio Lozano, máster blender de Osborne

Ignacio Lozano, máster blender de Osborne / A Copa Llena

Nuestros “parientes” primates suelen vivir mucho menos que nosotros pero el mono del anís más icónico de España nos supera con creces y ha sido capaz de alcanzar los 150 años de vida. Nunca tuvo nombre; no. Tampoco se sabe a ciencia cierta quién fue su padre pero aun siendo de padre desconocido y un mono sin nombre, es una de las imágenes más queridas –junto con el toro de Osborne (que tampoco tiene nombre pero sí padre) – de nuestra memoria colectiva relacionada con las cosas del beber.

Las anécdotas que existen en torno al nacimiento de esta mítica botella y marca están muy por encima de todas las leyes del marketing moderno o post moderno. Fueron producto del más puro azar. Nada de project packaging ni cosas por el estilo. Un importante empresario catalán, propietario de una destilería de Badalona -(“Qué bonita es Badalona…” cantaba Manolo Escobar con letra de Joan Manuel Serrat)- llamado Vicente Bosch, viaja a París en los años 70 del siglo XIX. En una lujosa tienda de la Plaza Vendôme -el empresario era adinerado y se movía por territorios de categoría- compra un perfume para regalar y elige uno por la belleza de su botella, tallada como si fuera un diamante. Vicente Bosch pensó: “Ya tengo la idea para la botella de mi destilado de anís. Será así, como una multitud de diamantes”.

Este detalle unido a la generosidad de un cliente americano que le envió un exótico macaco vivo y coleando, hicieron que el anís de Don Vicente Bosch ya nunca más se llamara así… Se le habilitó a la criatura primate una jaula en el centro del patio de la destilería y todo el mundo empezó a visitar las instalaciones con mucho interés. Curiosidad especialmente provocada por la presencia del animalito.

Con botella de categoría adiamantada y ya pensada y mono vivo en el patio , Vicente Bosch decidió encargar a un diseñador parisino una etiqueta que incluyera al animalito. No sabemos el nombre del artista pero el caso es que se permitió la libertad de pintar a un mono con cara de hombre, y el rostro que le puso era sospechosamente parecido al del famoso naturalista Charles Darwin!!! Corría el año 1870 y las tesis de Darwin en torno al nuevo evolucionismo y al origen del hombre habían ocasionado fuerte polémica entre las mentes más religiosas y conservadoras. Eran muchos los detractores de Darwin que lo ridiculizaban caricaturizándole en un peludo cuerpo de simio. Nunca lo sabremos pero el caso es que el mono con cara de Darwin se quedó para la posteridad porque el empresario destilador no puso ninguna objeción a la etiqueta. ¿Seria un poco creacionista él mismo?

La relación Badalona – El Puerto de Santa María no es casual. La destilería Vicente Bosch fue adquirida en el año 1974 por la compañía Osborne y desde entonces, el mono y la botella han pasado a ser gaditanos (así tienen las zambombas y pestiños más a mano) aunque el anís se sigue destilando en el célebre edificio de la playa de Badalona. .

En la interesante exposición que hasta el día 11 de enero se puede visitar en las Bodegas Osborne, encontrarán todo tipo de curiosidades en torno a la botella y diseño de esta bebida espirituosa, modelo e inspiración que subió a los palacios de las vanguardias artísticas parisinas, donde se gestaba el cubismo. “Posó” para Juan Gris, Picasso, Diego Rivera –Gertrude Stein, excéntrica y poderosa crítica de arte de aquellos años, decía que el movimiento cubista era el resultado de ver la realidad a través de una botella de anís del mono – y bajó a los patios de vecinos de las casas jerezanas para celebrar la Navidad. Pasando por los acompañamientos segovianos de las canciones populares de Agapito Marazuela y por los extraordinarios carteles, las maravillosas “manolas” pintadas por el gran artista catalán Ramón Casas para publicitar mono, botella y anís.

Botella de Anís del mono edició limitada 150 aniversario

Botella de Anís del mono edició limitada 150 aniversario / A Copa Llena

Y volviendo a nuestros días, no fue una pequeña botella de perfume de un escaparate de la Place Vendôme la inspiración de los diseñadores de la botella del nuevo Carlos I 130 años, no. Fueron las armaduras de los caballeros del siglo SXVI, el siglo correspondiente al emperador Carlos I. Una botella oscura, como un gran diamante negro.

Al parecer en 1890 y en las entonces Bodegas Domecq, un maestro bodeguero encontró unas botas que contenían un exquisito brandy (si non e vero e ben trovato) y se creó una solera que se bautizó con el nombre del emperador Carlos I de España y V de Alemania. Dada la categoría del brandy, había que bautizarlo a lo grande.

Tras la adquisición por la firma Osborne (año 2008) de la prestigiosa marca Carlos I -entre otras- la nueva propiedad, enamorada de los brandies de Jerez, decidió engrandecer el poderío del Emperador Carlos I con más “territorio” e influencia, modernizando su diseño y ampliando la gama. El maestro mezclador de la firma Osborne, Ignacio Lozano, el que cuida de todos los brandis de la casa, partiendo siempre de la categoría superior, soleras gran reserva, aumentó la familia del famoso emperador con un Carlos I Amontillado (envejecido en botas de amontillado (32 € aprox); Carlos I P.X., envejecido en botas que han contenido pedro ximénez (32 € aprox.); Carlos I Imperial X.O. envejecido en botas de amontillado y oloroso y que conmemora los 400 años de la muerte de del emperador (41 € aprox). Todas ellas como marcas habituales en el mercado.

Botella de brandy Carlos I 130

Botella de brandy Carlos I 130 / A Copa Llena

También y con un excelente criterio, muy al estilo de las grandes casas de cognac y whisky, Ignacio Lozano ha ido creando exclusivas ediciones especiales para coleccionistas. Hace unos años apareció Carlos I 1520, que conmemoraba el año de coronación del Emperador. Sólo 4.280 botellas. Creada artesanalmente eligiendo tres botas excepcionales mezcladas según su maestría. (105 € aprox).

Y para celebrar los 130 años, esta vez de la propia marca, Ignacio Lozano ha dado a luz un delicadísimo brandy super premium, Carlos I 130 años. Sólo 1685 botellas. Lo que han dado de sí dos excepcionales botas elegidas por el maestro mezclador y que se han vaciado totalmente. No quedará ni una gota de estas soleras. Es absolutamente irrepetible y super exclusivo (240 €).

Me congratula enormemente comprobar cómo, poco a poco (nunca es tarde si la dicha es buena), las bodegas jerezanas van apostando por los brandies de alta calidad, desarrollando estrategias premium, selecciones especiales, cuidadas presentaciones, etc… dejando de lado aquella desastrosa frase con la que –inexplicablemente- los propios bodegueros jerezanos tanto presumían…..

Les suena aquella terrible frase El vino es para beberlo y el brandy para venderlo”? Pues si les suena, por favor, vayan olvidándose.

 
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