Las saturnales romanas, origen de las comilonas de Navidad

Ciudad Real

 "Los romanos por el mes de diciembre ya habían terminado las tareas agrícolas y se encontraban en el período de descanso coincidiendo, además, con la época del año en la que hay menos luz. Esto se combinaba con el culto al dios Saturno y se celebraban las saturnales, una festividad que duraba entre 3 y 7 días y en la que se hacían grandes comilonas y se intercambiaban regalos. Aquí es donde se puede encontrar la tradición de las comidas de Navidad", explica Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, que añade que "cuando el cristianismo se permite por parte de los romanos, las festividades se fueron disponiendo en función de las fiestas del mundo pagano para que hubiera una asimilación".

Además habría una segunda vertiente de esas Saturnales que era un momento de subversión. "Los pobres se convertían en ricos y los ricos en pobres y esto se mantuvo hasta muy avanzado el siglo XIX en Cuba, cuando el día de Reyes, los esclavos se convierten en los señores y viven la festividad hacia afuera. En este caso esto se podría asimilar a la Nochevieja y Año Nuevo".

Las uvas, una tradición de poco más de un siglo

En cuanto a la tradición de tomar las doce uvas, una por cada mes del año, es de hace poco más de un siglo. "Empieza a finales del siglo XIX y se da en familias selectas, con poder económico, fundamentalmente", apunta el historiador Isidro Sánchez, que recuerda que "en 1909 hubo una cosecha muy abundante de uva y ante los excedentes, a alguien de la zona de levante se le ocurrió la idea de hacer una fiesta tomando las doce uvas de la suerte. A partir de ahí se convierte en una toma generalizada, aunque es en los 'felices veinte' cuando se expande. Normalmente se tomaban en la calle y sólo las familias pudientes las toman en la casa porque tenían radio y podían seguir la retransmisión".

Las uva, una costumbre pagana

Sin embargo, la Iglesia se oponía a la fiesta de las 12 uvas, como se recogía en la prensa, en concreto en el Diario Lanza del 28 de diciembre de 1949, donde se podía leer "El cardenal Segura califica como una costumbre pagana y supersticiosa la acción de comer las doce uvas el día treinta y uno de diciembre. La pastoral se pronuncia en términos condenatorios de la aludida costumbre".

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