Los Reyes Magos y otros reinados

Las Palmas de Gran Canaria

Vivimos días de reyes. Reyes que quieren venir y no pueden. Los tres Reyes Magos, por culpa de la pandemia; y nuestro Rey émerito por otras culpas.

Vivimos días raros. Sin cabalgata ni el característico y delicioso bullir de niños y niñas. Sin camellos y calles cortadas al tráfico. Que no impedirán, sin embargo, que nuestros menores se vayan a la cama con la ilusión de cada 5 de enero. Día en el que, casualidades de la vida, nació Juan Carlos I.

También él vive días raros. Rarísimos. Lejos del país que un tiempo lo encumbró hasta la exageración y hoy lo cuestiona. Un legado dinamitado por pura ambición y falta de ética. Que ha puesto, además, contra las cuerdas a la mísmisima Monarquía. Y que está propiciando que un silencioso movimiento republicano trabaje por un referéndum. Ilusiones de mayores que, por fin, se pueden defender sin complejos ni tapujos en España.

Y que nadie nos confunda. Lo que peligra es la Monarquía, no la Democracia.