Tradiciones alavesas (ya perdidas) en Reyes Magos

Vitoria

Con el etnógrafo Carlos Ortiz de Zárate hemos repasado en Hoy por Hoy Vitoria algunas tradiciones alavesas ya desaparecidas en el día de Reyes Magos. 

Araia. Una de las tradiciones era subir a los montes de los alrededores y anunciar con instrumentos de ruido la llegada de los Reyes Magos. Se escuchaba el paso de los caballos. Imaginaros un tiempo en el que no había farolas, todo en oscuridad, con trompetas, azuzando la imaginación de los niños sobre la llegada de los Reyes. 

Belunza. Cuando se despertaban veían los regalos y se preguntaban por dónde habían entrado. Lo que se hacía era dejar una huella sobre el guiso de patatas espeso para los cerdos que estaba en la chimenea. La huella del rey que había dejado impresa al entrar por la chimenea en la casa. 

Domaikia. Se dejaban huellas de la nieve, herraduras, pisadas, o de carro de los bueyes donde iban los regalos.

Murguía. Los mayores hacían mirar a los niños hacia el cielo y les señalaban la Osa Mayor. Las tres primeras estrellas son los Reyes Magos y el resto es el carro que arrastran y está cargado de juguetes. Y así recorren el mundo entero.

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San Miguel (Ribera Alta).  A cada niño se le hacía su rosco y al pastor de pueblo también. Con frecuencia los pastores vivían muy pobremente y había días concretos en los que se les agasajaba. Uno de esos era el de los Reyes Magos. 

Heredia. En un tiempo hacían que la cabalgata de Reyes entrara en la Iglesia montados en las yeguas para hacer la ofrenda correspondiente.

Moreda. Se hacía un sorteo de parejas. Todos los que estaban solteros ese día participaban en un sorteo y eran emparejados.