Parálisis vacunacional

Alicante

Tras las Navidades llegamos a esta nueva normalidad modulante con restricciones a la hostelería y adelanto del toque de queda. El círculo se sigue cerrado o, mejor dicho, nos lo seguimos cerrando, mientras avanzamos inexorablemente hacia el primer año de pandemia, que tan lejos o tan cerca nos queda.

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Un paréntesis vacacional en el que se sigue evidenciando la fatiga pandémica, pero también una parálisis vacunacional -con perdón del palabro-. La Comunitat Valenciana, al igual que la mayoría de las autonómicas, ha demostrado una escasa diligencia en el ritmo de vacunación cuando precisamente se va acelerando la pandemia.

Es cierto que hay que darle un margen de confianza a las comunidades para que se pongan en marcha y alcancen la velocidad de crucero de la que hablaban en el Ministerio. Pero, el margen es escaso, la dispensación de la vacuna se debe hacer con mucha mayor diligencia, convicción y de forma consensuada con los profesionales sanitarios, para evitar un nuevo desencanto colectivo y de esta forma, generar confianza política.

Sin olvidar, haciendo un símil, que está en las manos de todos -también en la de los ciudadanos- que los bienes lleguen cuanto antes en este año de nieves.