Un edificio situado en el número 98 de la calle Toledo de Madrid (distrito de Latina) ha quedado destrozado por una explosión causada cuando se reparaba una caldera de gas, causando la muerte de al menos cuatro personas, el último un sacerdote que estaba ingresado herido grave. Rubén Pérez de Ayala, el sacerdote herido en la explosión, ingresado en el Hospital de La Paz, ha fallecido este jueves de madrugada. El sacerdote fue ingresado tras la explosión en este centro sanitario con quemaduras de carácter grave. En el momento de la explosión, se encontraba junto a David Santos Muñoz revisando el estado de la caldera de gas del edificio, que llevaba un tiempo funcionando mal. Con la muerte de este sacerdote se elevan a cuatro las víctimas del suceso, que costó la vida a tres hombres, uno de ellos David Santos, un feligrés que había acudido a arreglar la caldera La explosión se ha producido en unos pisos parroquiales pertenecientes a la iglesia de La Paloma, que está al lado. Al parecer, hubo una primera explosión que se produjo en la caldera que estaba siendo reparada; esa detonación fue la que luego causó una más grande en las tuberías del gas del edificio que es la que ha causado los grandes desperfectos, con varias plantas del edificio desnudas y el patio de un colegio aledaño lleno de cascotes, al igual que la calle Toledo. Los Bomberos del Ayuntamiento no han entrado dentro porque se podría producir un embalsamiento de gas que derrumbaría todo el edificio y la idea es que se produzca una derrumbe controlado. Hay tres personas fallecidas, uno de ellos David Santos Muñoz, electricista de 35 años que estaba trabajando con la caldera del edificio, que llevaba días registrando problemas. Es padre de cuatro hijos y feligrés de la parroquia. El vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, y la concejal popular y portavoz del Ayuntamiento, Inmaculada Sanz, han confirmado a la Cadena SER que los otros dos fallecidos eran dos hombres que pasaban por la calle en el momento de la explosión. Además, hay una decena de heridos. El alcalde José Luis Martínez Almeida se acercado hasta el lugar del suceso, al igual que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Almeida ha indicado que la deflagración se ha debido a un escape de gas que ha destrozado al menos cuatro plantas de ese inmueble, que se ha incendiado por dentro. «Se ha entrado a una parte pequeña del inmueble, todavía no hemos podido entrar por esas dificultades que indican los bomberos para ratificar que no hay ningún fallecido más», ha indicando a la SER el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco. La explosión se ha producido en un edificio en el que residían religiosos de la iglesia que hay al lado. Junto al edificio destrozado hay una residencia de ancianos y el colegio La Paloma. La calle Toledo ha quedado llena de cascotes y, según los bomberos, el edificio afectado, una construcción de hormigón y ladrillo, sigue ardiendo por dentro. «Cuando he visto lo que había ocurrido hemos empezado a comprobar que los niños estaban bien, por suerte la mayoría de las aulas dan a la calle de La Paloma y no a ese edificio», ha apuntado Visitación Salazar, la directora del colegio en «Hora 20». «El patio da a ese edificio, pero como todavía hay nieve, hemos decidido que hoy no saliesen al patio. Si no hubiese sido por la nieve, los niños habrían estado jugando a esa hora», ha comentado la directora, que ha añadido que mañana las clases se retoman online. Los ancianos de la residencia que hay junto al edificio han sido desalojados y trasladados en buen estado. «Había alrededor de cien personas en la residencia y todos están bien», ha explicado en la SER Antonio Berlanga, responsable del centro de mayores. Un miembro de los Bomberos de Madrid ha explicado a la Cadena SER que el edificio en el que se ha producido la explosión pertenece a la Iglesia de la Virgen de la Paloma. En la zona de la explosión se han trabajado hasta nueve dotaciones de los Bomberos y once unidades del SAMUR. Los servicios sanitarios han montado incluso dos carpas como hospitales de campaña para atender a las personas heridas.