El Real Murcia vigila a Borja Díaz y el Melilla remite a la cláusula de rescisión

Murcia

El Real Murcia sigue rastreando el mercado de fichajes para terminar de confeccionar la plantilla con la que peleará por una de las tres primeras plazas que aseguren el billete para la Segunda B Pro. La calidad del equipo ha aumentado notablemente con las llegadas de Nereo Champange y Adán Gurdiel aunque la salida del Chumbi al Marbella ha reformulado la planificación pimentonera.

Son varios los jugadores a los que está siguiendo de cerca la dirección deportiva grana. Entre ellos está Borja Díaz, centrocampista fuenlabreño de la UD Melilla. Tiene 30 años, ha jugado más de 250 partidos en la categoría de bronce y es una pieza clave para el conjunto norteafricano que no se plantea su salida.

Según ha podido conocer Radio Murcia, la postura del Melilla es que Borja Díaz no saldrá del conjunto norteafricano salvo que el Real Murcia o algunos de los otros pretendientes afronte la cláusula de rescisión del jugador, que supera las seis cifras. Una cantidad impensable para los granas que tienen presupuesto para reforzar el equipo pero no para pagar un traspaso.

Lo que está claro es que el Borja, que lo ha jugado todo e incluso ha marcado cuatro goles, quiere salir del Melilla aunque la operación no es fácil. Desde el Murcia se plantean incluir a Junior, otro escollo a superar, que pese a no tener oportunidades en el Enrique Roca goza de la confianza de la directiva.

El de Borja no es el único nombre que suena por las oficinas granas. También está encima de la mesa el de Alberto Ródenas, jugador con proyección del Atlético de Madrid B de 22 años que no está teniendo los minutos que esperaba en el filial colchonero y que está negociando su salida. El de Verza, ex del FC Cartagena, también aparece como un perfil interesante para darle veteranía al equipo.

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En el Real Murcia no quieren precipitarse y firmar por firmar a un jugador para que llegue al partido del sábado ante el Betis Deportivo. Prefieren esperar y arriesgar para conseguir al jugador acertado que pisar el acelerador y equivocarse.