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Ingobernable

¿Cuál es la situación real de la Arandina? Las dudas asaltan al club que durante algo más de tres décadas ha representado al fútbol ribereño. La falta de información y trasparencia a la propia masa social se ha convertido en algo cotidiano. Los retrasos salariales a jugadores y empleados del club, habituales. Así gran parte de la plantilla duda cómo maniobrar, si buscar una salida o aguantar con impagos. Esta es la realidad de un club que aguanta el tirón en lo deportivo, mientras parece desmoronarse sin que nadie aporte soluciones y ejerza su responsabilidad en lo institucional. Tiempos de incertidumbre, mal augurio

Los jugadores ribereños durante un instante previo al duelo en El Mancho ante la Cebrereña. / Imagen facilitada

Aranda de Duero

¿La Arandina expira su tiempo? Nunca antes se había conocido una crisis de tal magnitud en la entidad blanquiazul. Nunca. Nadie sale al paso y ejerce su responsabilidad de informar y contar cuál es la actual situación de una entidad que durante algo más de tres décadas ha representado al fútbol de la Ribera del Duero. Nadie. ¿Alguien conoce la deuda real del club? No hay respuesta más allá de la que ofreciera el directivo Francisco Galán hace unos meses en la SER. Ni búsqueda de soluciones para promover el encuentro con la masa social, ni asamblea desde hace más de temporada y media, ni elecciones claras... El tiempo ha pasado, y el escenario ¿es el mismo?, ¿Peor? ¿Ha ascendido la deuda del club estimada en torno a los 100.000? Incertidumbre

Retrasos en el pago de la totalidad de los acuerdos adoptados con varios jugadores (un mes adeudado junto a la pretemporada) Miembros de la plantilla que ya se han marchado (José Antonio Domínguez, Sergio Estévez y Edgar Agudo) y otros que no descartan su salida (Mamau, Sagüés, Iván Martínez y Peli) Llegadas de futbolistas iniciada la campaña (Thabang y Álex Díez) Motín de la plantilla exigiendo respuestas sobre su presente y futuro (hace un par de semanas en la sede del club) Cabeza de turco de uno de ellos al que se le ha invitado a salir (Marcos Barbero) Esta es la atmósfera ingobernable en la que se mueve la Arandina, un club que ni informa ni sale a desmentir nada. Esta es la realidad.

Y aún con todo, el proyecto deportivo mantiene vivo el primero de los objetivos, lograr la clasificación entre los tres primeros del subgrupo B para la siguiente fase. ¿Será posible? Por voluntad parece, pero la voluntad no es inquebrantable.

Caso Barbero

El entrenador, Álex Izquierdo se desmarcaba este viernes en El Banquillo ante la pregunta de por qué Marcos Barbero, sin estar lesionado, no había viajado a Ávila y podría quedarse nuevamente fuera de la lista ante el Mirandés B, con la baja de Junyent por acumulación de amonestaciones en la misma posición sobre el césped. "No soy yo quien ha de ofrecer esas respuestas", apuntaba clarividente quien cuya responsabilidad no trasciende más allá de lo deportivo.

Barbero ha sido apartado de la disciplina del club ante la negativa de no acceder a la rebaja salarial que se le ha planteado a él y a otros compañeros. El primero en sufrir las consecuencias a la negativa.

Otros podrían salir más pronto que tarde. Mamau está en la pista de despegue y Sagüés, maneja la misma posibilidad. Más que nunca los jugadores escuchan ofertas ante la falta de respuestas. Algo que se ha convertido en habitual también para la masa social. Sin una Asamblea desde hace más de una temporada y media.

Inversiones que se alejan

Un último episodio ha dinamitado las buenas relaciones existentes entre Arandina y Bupolsa. El contacto con algunos jugadores de la plantilla burgalesa desde la entidad ribereña ha contrariado al presidente, Carlos Cámara, que ha decidido poner fin al asesoramiento deportivo adquirido al principio de temporada por la afinidad con la directiva ribereña. Una relación que se ha ido deteriorando con el tiempo hasta llegar al punto actual. Un cisma que priva de un posible inversor cuyo contacto estaba avanzado gracias a la gestión del directivo burgalés.

Pero además, la candidatura alternativa a la actual junta directiva en el último y dilatado proceso electoral, ADN Blanquiazul, encabezada por el socio Jesús Herrero ha desestimado colaborar con los actuales gestores sino se ofrece un balance de cuentas obligado para poder abordar la llegada de inversores que otorguen liquidez al proyecto. ¿Otra vía muerta?

En este panorama se encuentra un club que aspiraba a ser grande y cuya grandeza ha quedado relegada al pasado ante un presente cargado de incertidumbre y un futuro inimaginable.

 
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