Euskadi cierra su cuarta peor semana de pandemia con un brusco aumento de los pacientes en UCI y 880 positivos

Bilbao

El brusco aumento de contagios en las últimas semanas en Euskadi sigue haciendo eco en unos hospitales donde la situación es a cada hora más complicada. Si el sábado dejo como dato destacado de la COVID-19 el récord de ingresos hospitalarios de la segunda ola —104 en 24 horas—, este domingo deja un brusco aumento de los pacientes en UCI de 109 a 120.

El avance del virus sigue haciendo mella también en las propias cifras de contagios que este domingo pueden engañar por el descenso de los contagios a 880 positivos en las últimas 24 horas... pero que llegan con 3.000 pruebas diagnósticas menos que mantienen la positividad en el 8,26%.

Y es que lo peor de esta tercera ola —o repunte de la segunda, según se mire— no ha pasado todavía en Euskadi. Tal y como afirmó el lehendakari Urkullu en 'La Ventana Euskadi', vienen "semanas complicadas" porque todavía tardará en verse los efectos de las nuevas medidas restrictivas decretadas por el LABI y que entran en vigor este lunes: se reducen las reuniones sociales a cuatro personas y se decreta el confinamiento de todos los pueblos vascos.

Por lo pronto, las incidencias sigue al alza y consolidando a Bizkaia y Araba como territorios en alerta roja, con 593 positivos por cada 100.000 vizcaínos y 512 casos por cada 100.000 alaveses, respectivamente. En Gipuzkoa la situación no es todavía de alerta roja, pero la incidencia está ya en 473. Este aumento de tasas —en el conjunto de Euskadi la incidencia acumulada ha aumentado en 41 puntos durante el fin de semana— augura un mapa municipal mucho más rojo para este lunes que el que presentaba el País Vasco el pasado viernes.

Entre los municipios que podrían sumarse a esa lista de localidades confinadas podrían caer Vitoria y Donosti. Las dos capitales vascas junto con Bilbao presentaban ya incidencias superiores a 500 casos por cada 100.000 habitantes —en el caso de Vitoria la tasa era de 472— y podrían ver cómo este lunes es su último día con bares abiertos y deporte escolar.

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Independientemente de ello, lo que sí es una certeza es que los casos de COVID-19 han aumentado un 25% en la última semana pese a que se han hecho prácticamente 1.500 pruebas diagnósticas menos en estos últimos siete días con respecto a la semana anterior. La prevalencia del virus augura varias semanas más de medidas duras, de tensión hospitalaria y, desgraciadamente, de más fallecimientos.