Chus Serrano, el asturiano que pelea por dedicarse a los musicales, triunfa en 'Got Talent'

Gijón

Chus Serrano es asturiano, del concejo de Aller, aunque ya lleva la mitad de su vida, (tiene 37 años), en Gijón. A la ciudad le trajo su vocación artística y es que a los 18  no dudó en matricularse en la Escuela de Artes y Oficios de Gijón para estudiar arte dramático. El pasado viernes 15 de enero, Chus aparecía en la pantalla de los televisores de todo aquel que sintonizaba el programa 'Got Talent' de Telecinco.  Era una emisión muy esperada porque la grabación de su maravillosa interpretación de 'Memory' del musical 'Cats' se grababa seis meses antes.

Desde un palco del Teatro de Gran Vía en que se desarrollaba su actuación, el artista emocionaba a público y jurado con su versión de este archiconocido tema, tradicionalmente interpretado por una mujer. Sobre su versión le preguntaba Risto Mejide. "Lo has adaptado tan bien que parecía hecho para un hombre", le apuntaba y le formulaba una pregunta recurrente: ¿Por qué te has presentado a Got Talent? a lo que sin dudar, y dejando mudo a público y jurado, el allerano respondía "porque al igual que a la protagonista de este musical, quiero que me cambie la vida a partir de hoy. Yo lo que quiero es vivir del musical, es lo que me apasiona", expresaba tras explicar que lleva cantando "desde que tengo uso de razón"

"Estaba viendote allá arriba y no sé si estaba en Got Talent o en un teatro de Gran Vía y he pagado una entrada por ir a verte", le decía antes de darle su sí Dani Martínez. "He disfrutado muchísimo" apuntaba emocionada Edurne para después desearle que "el estar esta noche en este teatro te dé mucha suerte y para aportar este empujoncito te doy un sí".

El beneplácito por partida triple a su actuación otorga a Chus Serrano la más que probable oportunidad de pasar a las semifinales, lo que permitirá volver a verle sobre el escenario madrileño y estar más cerca de su sueño. Habrá que esperar pacientemente a que le toque su turno de volver a colarse en los hogares a través de la pequeña pantalla. Al protagonista le toca volver a morderse la lengua para no desvelar su secreto de si lo ha hecho ya o no.