El obispo se vacuna antes que nadie
Taltavull piensa que los primeros serán los últimos, pero también los más sanos

"La línea roja" de Matías Vallés (27/01/21)
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Palma
Cuando Juan Pablo II enfermaba, se liberaba una planta entera del hospital romano donde iba a ser atendido.
Una cosa es creer en la vida eterna y otra sentir la tentación de anticiparla.
En una demostración de que su compromiso con la salud propia precede a cualquier preocupación por la salvación de sus feligreses, también el obispo de Mallorca se vacuna antes que nadie, suerte que venía a regenerar una diócesis zurcida por los escándalos.
Sebastià Taltavull se ha anticipado incluso a sus colegas del episcopado que, dado que el pinchazo tuvo lugar en cinco de enero víspera de Reyes, se habrán preguntado si la dosis se la trajeron en camello.
Será por el toque de queda y admitiré cualquier corrección de su parte, pero no he detectado una ansiedad especial entre la población por la escasez de vacunas.
En cambio, las autoridades demuestran un pánico sobresaliente, que les empuja a saltarse la cola apoyados en su tricornio o su sotana, para que nada desentone de la España cañí.
En cambio, la calle ha demostrado estar al límite de la resistencia económica, y la chispa puede estallar en cualquiera de estos abusos a cargo de la autoridad.
Por lo visto, Taltavull piensa que los primeros serán los últimos, pero también los más sanos.




