Dos conquenses al frente del rescate marítimo humanitario en el Mediterráneo
Óscar Fernández, capitán del Aita Mari, y Adrián Cardo Miota, médico de a bordo, se encuentran en aguas del Mediterráneo central en labores humanitarias con los refugiados
Cuenca
El Aita Mari, el barco fletado por la ONG vasca Salvamento Marítimo Humanitario, se encuentra ya en aguas del Mediterráneo central tras zarpar de Almería el pasado 12 de febrero con el objetivo de atender en misión humanitaria a los refugiados que cruzan desde las costas de Libia a Europa. A bordo se encuentran dos conquenses, el médico Adrián Cardo Miota y el capitán del navío Óscar Fernández con quien hemos conversado en Hoy por Hoy Cuenca.
Dos conquenses al frente del rescate marítimo humanitario en el Mediterráneo
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La misión del Aita Mari es “echar una mano a los más necesitados, a los olvidados, a los refugiados que buscan un futuro mejor”. El barco cuenta con clínica a bordo y la tripulación la forman ocho profesionales y cinco voluntarios. Ahora mismo el Aita Mari es el único bardo de estas características en el Mediterráneo central. “Open Arms acaba de desembarcar en Porto Empedocle, en Sicilia”, apunta Fernández. “El resto de la flota civil está amarrada en puerto por reparaciones o administrativamente por Italia. Sea Watch 3 y 4, Alan Kurdi, Louise Michele... Todos están en trámites. Esta esta es también una forma de retener y paralizar nuestra labor”.
“A pesar de que es invierno y que se supone que las salidas de migrantes se reducen, está siendo una temporada bastante movida, primero por la situación de Libia, actualmente un estado fallido donde reina la guerrilla en cada zona, y si a eso le sumamos el covid, podemos decir que se están intensificando las salidas de estas personas que buscan un futuro mejor. Se espera buena mar que favorece la navegación para llegar a Malta o a Lampesuda”, explica el capitán del Aita Mari.
Cuando este barco de rescate humanitario divisa una embarcación de refugiados, el primer paso es “comunicarlo a las administraciones responsables de salvamento y socorro en el mar, en este caso maltesas o italiana. A las autoridades libias no las reconocemos porque no lo consideramos ahora mismo un país seguro”, apunta Fernández. A partir de ahí, la tripulación del Aita Mari actúa “según la ley marítima y según las directrices de estas administraciones competentes”.
Una vez que se avista la embarcación y que se acercan a ella, se efectúa un primer reconocimiento “ver en qué condiciones se encuentran tanto ellos como la embarcación, esperar a que nos permitan socorrerles, les damos chalecos salvavidas y agua para que se mantengan en unas condiciones más seguras”. Después se procede a la embarcación en el Aita Mari “a través de un transfer que hacemos con la lancha auxiliar de nuestro barco”.
Actualmente se toman medidas especiales para el control de la pandemia del covid. “El barco está preparado y en tres minutos podemos tener el resultado de una primera prueba rápida de detección del coronavirus y saber si hay algún infectado. A partir de ahí se aplican los protocolos para separar los posibles infectados y ofrecerles la dignidad que el camino, la vida les ha negado, ofrecerles una ducha, ropa limpia, una comida caliente y llevarles a un puerto seguro. Ese es nuestro protocolo”, detalla el capitán de este navío de salvamento humanitario.
Óscar Fernández llama la atención sobre los virajes de la política europea en materia de inmigración “según intereses locales y de los políticos de turno”. “A día de hoy hay que seguir denunciando esto”, dice, “porque aquí no solo estamos para ayudar a los refugiados que cruzan, sino para denunciar la situación a la que se enfrentan. Malta es un país que ha dejado de dar ayuda. Italia ahora empieza a colaborar, nos pone menos trabas de las que han puesto en los últimos cinco o seis años, pero hay que seguir denunciando que la solución es crear vías seguras. No les podemos obligar a que lleguen a Europa, a un sueño, a una esperanza jugándose la vida. Tal vez nuestra asistencia no sea necesaria pero mientras no se les ofrezcan unas rutas seguras, las ONG tendremos que seguir peleando y luchando por los derechos de las personas que migran. En el fondo es eso, no son migrantes, no son náufragos, son personas y hay que seguir luchando por sus derechos. La Unión Europea quiere militarizar las fronteras y con eso solo se consigue que cambien las rutas a otras más peligrosas”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...