El puente

Alcoi

Dos hermanos, que vivían en dos granjas cercanas, tuvieron una fuerte discusión. Una de esas peleas que empiezan con un malentendido sin importancia y que terminan con un intercambio de palabras ofensivas y posterior silencio.

Un buen día, un carpintero llamó a la puerta del hermano mayor. Buscaba trabajo. Tras pensarlo unos instantes, el hermano mayor le dijo que sí que tenía un trabajo para él. Le mostró un arroyo que separaba las dos granjas y le dijo:

- Hasta la semana pasada, aquí había una hermosa pradera. Mi hermano, para enfurecerme, desvió el cauce del río para que nos separase definitivamente. Yo quiero que usted construya una cerca de dos metros de alto y así no volveré a verlo jamás.

Dicho esto, le mostró donde estaba el material necesario y se fue al pueblo para realizar unas compras. El carpintero empezó a trabajar. Cuando el hermano regresó a la granja encontró al carpintero terminando su trabajo, pero, en vez de una cerca había construido un puente que unía las dos granjas.

En ese momento vio a su hermano cruzando el puente y al llegar al lugar donde se encontraba él, le dio un gran abrazo:

- Eres una gran persona, en vez de vengarte de mí por lo que he dicho y he hecho, has mandado construir este hermoso puente para volver a unirnos. Tengo muchísima suerte de que seas mi hermano.

Entonces vieron que el carpintero estaba recogiendo sus cosas para irse.

- Quédate unos días con nosotros. Tengo más trabajos para ti- Dijo el hermano mayor.

- Me gustaría quedarme – Respondió el carpintero – pero tengo muchos puentes que construir.

Ayer fue Miércoles de Ceniza, lo que significa que hemos empezado la Cuaresma, que es un tiempo en el que se nos invita a arrepentirnos de las cosas que hemos hecho mal y proponernos ser mejores personas. Si hasta ahora nos hemos parecido más a los dos hermanos, podemos intentar, a partir de ahora, parecernos al carpintero. Construyamos puentes en vez de desviar ríos.

Feliz Cuaresma.