"Buenas noches, soy el de la moto, le traigo algo de comida recién hecha"
La SER acompaña a Miguel Sánchez en el reparto de la cena a una treintena de personas sin hogar
Repartiendo comida a gente sin hogar
04:41
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1613641457_506371/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Palma
Su nombre es Miguel Sánchez reparte prácticamente a diario comida caliente a personas sin techo, con su ciclomotor. Lleva ya siete años ayudando a los más necesitados porque él estuvo viviendo en la calle. Un equipo de la SER le ha acompañado durante una noche en el reparto de la cena a una treintena de personas sin hogar.
De día trabaja en la seguridad privada y de noche alimenta a los más necesitados. Son las diez y media de la noche, once grados, mucho silencio, algún que otro taxi, camiones de basura y muchos coches patrulla.
Hoy sale a repartir con su mujer Sonia Lozano, quien prepara los menús, y en su propio coche. El cansancio le puede, ya que al día siguiente se levanta de madrugada para trabajar.
Se emociona al darle las gracias por estar junto a él durante los últimos siete años y apoyarle en esta causa: su ONG Ayuda a tu gente Mallorca. Esta noche toca macarrones, croquetas y cordero.
Comenzamos la ruta por el centro de Palma. La primera parada, un cajero de Jaime III. Un hombre durmiendo tapado con varias mantas y cartones. Le despierta para entregarle un plato de comida caliente. Continuamos hasta la Plaza de Cort y allí vemos un grupo de jóvenes en tiendas de campaña. A pocos metros, en la Plaza Mayor, nos encontramos con la Policía Nacional. Miguel cuenta con su autorización para poder salir durante el toque de queda. Los agentes le saludan e incluso a veces le avisan si hay personas que necesitan de su ayuda.
Seguimos en la Plaza Mayor. Detrás de las columnas hay resguardadas dos personas. Ya las conoce y sabe que una de ellas no come cerdo por su religión.
Continuamos la ruta por el centro histórico de la ciudad. Nos dirigimos a la Puerta de Sant Antoni y nos encontramos con un grupo de personas. La última parada, con las tres bolsas que quedan, es en la Estación Intermodal.
Hay justo tres hombres tumbados, y uno de ellos que le pide además una manta. A los pocos minutos se acercan dos miembros de Cruz Roja para ofrecerles un café caliente y la manta.
Toda la comida que reparte Miguel la recibe de donaciones privadas y de particulares o del Banco de Alimentos. La cocina en su casa y la distribuye con sus propios medios. Asegura que hacen falta más recursos porque no pueden llegar a todos.