Un estudio demuestra la fortaleza del colágeno y la vitamina C para luchar contra el COVID-19
El trabajo, liderado por el asturiano Juan Luis Fernández, ha utilizado datos del hospital Monte Sinaí de Nueva York donde se comparan células y pulmones infectados con no infectados y ha identificado tres grupos de fármacos
Juan Luis Fernández sobre el reposicionamiento medicamentos para hacerte frente al coronavirus
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Asturias
¿Se puede frenar el coronavirus con fármacos que ya están en el mercado? La respuesta es afirmativa. Así lo contempla un estudio liderado por el matemático asturiano, Juan Luis Fernández y en el que también han trabajado Óscar Álvarez Machancoses, Enrique de Andrés, Guillermina Bea, el argentino Carlos Galmarini y el polaco Andrzej Kloczkowski. El equipo ha utilizado datos del Hospital Monte Sinaí de Nueva York donde se comparan células y pulmones infectados con no infectados. "A partir de ahí detectamos cuales eran los genes alterados y con metodologías que llevamos años desarrollando, dentro del proyecto Deep Bio Insights, lo que hacemos es ver qué fármacos aceptados podrían reequilibrar las vías genéticas para conseguir lo que llamamos la homeostasis, es decir, el reequilibrio celular. Es una manera de curar la enfermedad", ha explicado Fernández.
Entre los fármacos hay algunos que sirven para reforzar el sistema inmune y no contagiarse, otros para estando contagiados frenar el avance y un tercer grupo donde se incluyen aquellos que ayudan a minimizar los efectos derivados del COVID-19. Uno de ellos, dentro del primer grupo, es el colágeno. El gen que lo codifica, el COL1 A1, "vimos que juega un papel clave en la respuesta inmunitaria. Está altamente deprimido, con lo cual, la producción es baja y conlleva que el sistema inmune no funcione como se debe", ha apuntado. Hay investigaciones que explican que la población europea pertenece a un genotipo llamado CC donde la producción de colágeno es baja. De hecho, solo un 5% tiene una producción más alta, "lo que conlleva un sistema inmune más potente. Está relacionado con una vía genética, la anglictina, que al mismo tiempo está relacionado con la vitamina C". El matemático apunta que hay una serie de fármacos que favorecen que la producción de colágeno en las células aumentase "y eso haría que nuestro sistema inmune se fortaleciera". En el artículo que está a punto de ver la luz tras más de siete meses de trabajo, también se ha observado otro grupo de genes responsables de efectos auditivos, cardiovasculares o la pérdida de olfato.
Para la elaboración se han utilizado métodos de inteligencia artificial y bioquímicos, "técnicas que son capaces de identificar de forma muy rápida diferentes medicamentos. Hoy en día la medicina de precisión necesita de este tipo de técnicas de análisis genéticos avanzados e inteligencia artificial que sean capaces de simplificar el genoma y buscar las relaciones entre fármaco y gen". A esto se suma el trabajo con los líderes españoles en medicina genómica en Galicia. "El profesor Angel Carracedo tiene 20.000 pacientes de COVID secuenciados, sus análisis genéticos. Creemos que podemos detallar la selección de esos fármacos en paralelo a las vacunas. Un fármaco es como una aspirina, no es una vacuna".
Fernández reconoce la complejidad del asunto. Por ello pone como ejemplo la viagra. "No se hizo como potenciador de la sexualidad, sino que inicialmente tenía un objetivo cardiovascular. Cuando lo probaron en humanos vieron que había unos efectos secundarios ya conocidos". En definitiva son fármacos aceptados por la Agencia del Medicamento, y el reposicionamiento consiste en hacer pruebas para ver qué vías genéticas alteradas por la enfermedad se pueden reequilibrar con los mismos.
Josu Alonso
En la actualidad cubre información política aunque, con anterioridad, ha pasado por todos los departamento...