Carmen Yáñez, viuda de Luis Sepúlveda, primer infectado en Asturias: "Nunca esperamos este final para él"

Gijón

29 de febrero de 2020. Entre las cuatro y cinco de la tarde, una ambulancia llega a un domicilio de Gijón. El traslado al HUCA es el del primer paciente de COVID-19 en Asturias. Dentro del vehículo, Luis Sepúlveda junto a su mujer, Carmen Yáñez, que también resultó infectada. La lucha del escritor chileno para seguir viviendo culmina, mes y medio después, -el 16 de abril a las diez de la mañana- con su fallecimiento.

Un año después, su viuda atiende la llamada de SER Gijón. Carmen no ha borrado su mente el episodio de aquel día. Recuerda perfectamente la secuencia de los hechos. "Confíaba en que íbamos a salir adelante. Creía que serían cuatro o cinco días en el hospital porque, en principio, nos dijeron que iban a buscar a Luis (Sepúlveda), pero me di cuenta que no era solo él sino que también era yo. Nos preparamos para cuando nos avisaran de que venía la ambulancia. Fuimos los primeros, inauguramos la UCI del COVID lamentablemente", ha explicado.

Carmen, poeta de profesión, incluso llegó a escribir un poema durante el ingreso de su marido. "Ignorantes de la luz que circundaba la inocencia, éramos tan felices amor mío con el calor de nuestras manos juntas, cruzando todos los caminos y riéndonos de los obstáculos de piedra o granizo que nos intentaban parar esa carrera irresponsable de felicidad", decía el texto. "Desde los 13 años ha sido siempre un bálsamo, una vía de escape; una manera de plasmar el dolor, la alegría o el sentimiento a través de la palabra", ha reconocido.

Más de 50 años juntos

Luis y Carmen se conocieron a finales de los años 60. Ambos combatieron juntos contra el dictador Augusto Pinochet; incluso ella sufrió torturas en los calabozos de Villa Grimaldi. Él fue colaborador de Salvador Allende y llegó a dedicarle a su esposa la novela 'El fin de la historia'. Una vida en la que fueron superando las dificultades y que se partió por culpa de un virus. "Es increíble porque, a veces, la realidad supera la ficción. Tengo esa sensación porque nunca imaginábamos que él iba a terminar así y yo casi también porque estuve muy mal en la UCI. No esperábamos este final", ha recordado. 

Luis Sepúlveda era un hombre fuerte, pero todo lo que tenía de grande lo tenía de tranquilo. Su corpulencia le ayudó a pasar una tuberculosis en Alemania, durante su estancia en la cárcel, y dos neumonías; una en Argentina y otra en Italia. Sin embargo, en esta ocasión su cuerpo dijo basta. "En un momento se me perdió el futuro, no era capaz de planificar ni siquiera las horas. Es una sensación que creo que a todo el mundo le ha pasado porque no solo nosotros hemos vivido esta tragedia", ha apuntado su viuda.

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¿Se puede mirar hacia adelante tras más de 50 años juntos? "Es difícil", ha reconocido Carmen porque "es un proceso de duelo diferente. No solo es mi duelo, es como un duelo mundial porque está pasando en todos los países y es difícil". Sin embargo, "la gente, los amigos y los hijos" ayudan a seguir mirando hacia adelante. De hecho, ese medio siglo de vivencias acabará plasmado en un libro. "Voy comenzando. Tenía algunas cosas escritas y poquito a poco estoy en ello. Este confinamiento me está permitiendo escribir, leer y ordenar", ha avanzado.

Una de las canciones favoritas de Carmen es 'Gracias a la vida' de Violeta Parra. Un sentimiento que no ha cambiado. "Gracias a la vida porque quería tener una vida como la que tuve. Cambiaría algunas pequeñas cosas que me hicieron mal, pero lo demás lo repetiría y lo volvería a hacer con Luis Sepúlveda", ha concluido.