"El virus llegó arrasando, poniendo contra las cuerdas a Txagorritxu"

Vitoria

Hace exactamente un año, el 28 de diciembre por la tarde se confirmaron los dos primeros positivos de COVID-19 en Euskadi. Eran los casos de una mujer guipuzcoana que había viajado a Milán y el de una médica del hospital de Txagorritxu en Vitoria. Fueron los primeros positivos detectados porque estudios posteriores confirman que el virus llevaba varias semanas circulando en Euskadi.

En Hora 14 Euskadi hemos entrevistado a Julia Barroso, responsable del servicio de Medicina Interna de Txagorritxu en el que se produjo uno de los dos primeros positivos.

Llega la noticia del positivo

"Pensé que no podía estar pasando. Era una sensación de 'no puede ser'. La primera impresión que tuve cuando me lo comunicaron es que no era posible y más cuando el primer caso era dentro del servicio de Medicina Interna. Irrealidad, esa es la palabra.

El hospital, contra las cuerdas

"Fueron momentos muy complicados porque el hospital se estaba preparando para que llegaran casos. Sabíamos que de una forma u otra iban a llegar pero pensábamos que iban a llegar de otra forma: estábamos haciendo protocolos, la semana siguiente se iban a hacer cursos para ver cómo se ponían las EPIs. Es decir, nos estábamos preparando para lo que podía llegar, pero llegó de la peor manera posible, llegó arrasando, poniendo contra las cuerdas al hospital, la OSI Araba y en especial al servicio de Medicina Interna, el servicio que se estaba preparando para atender a los nuevos casos que podían ir llegando".

Todo el servicio a casa

"Nos tuvimos que ir a casa todos. Todo el servicio tuvo que irse a casa. Somos los primeros que hicimos cuarentena. Un montón de pacientes se quedaron huérfanos, teníamos 104 pacientes a nuestro cargo que se quedaron sin médicos pero hubo una capacidad de reacción por parte de la organización y compañeros de otras especialidades, residentes, profesionales de otros hospitales tomaron las riendas de esa situación".

"La capacidad de reacción que hubo las primeras 48 horas fue maravillosa. Esto fue un viernes y el lunes ya se había organizado cómo atender a los pacientes. Había un gabinete de crisis para seguir los contactos. Se empezó desde cero y a una velocidad de vértigo a poner un poco de orden en ese desorden que nos había llegado"

La criminalización de la primera contagiada

"A nuestra compañera se la criminalizó, se la culpabilizó. Esa vivencia fue muy mala por parte no solo de la persona implicada que lo pasó muy mal, sino por parte del servicio. ¿Culpabilizar por qué? Nos podía haber pasado a cualquiera".