Apéllaniz pide un último empujón para poner en marcha su molino

Vitoria

En Apellániz por fin ha echado a andar la central hidroeléctrica que estaban recuperando desde hace más de una década y que se encontraba paralizada -una vez actualizada para su uso- en un limbo-lío legal.

Hace un siglo ya, esta instalación generó electricidad para el pueblo; el objetivo ahora es producir 40.000 kilowatios al año de energía limpia, lo que va a suponer evitar a la atmósfera 15 toneladas de CO2.

Y después de este logro, en la zona se marcan una nueva meta: devolver el movimiento al molino público que se ha ido recuperando a la par que la central. Comparten edificio y le falta un último empujón económico que financie su transmisión ya obsoleta.

Desde la Junta Administrativa, su presidente, Sergio Martínez de Rituerto asegura que ya hay principios de acuerdo con diferentes entidades interesadas en la puesta en marcha del molino: el colegio de Maeztu, por motivos educativos; el Ayuntamiento de Maeztu y la Cuadrilla de Montaña Alavesa por la vertiente cultural o la Asociación Bionekazaritza a la que pertence la panadería artesana de Maeztu, Mendialdeko Ogia.

Natxo Beltrán de Heredia, uno de los responsables del obrador, explica que estarían encantados de poder poner su grano de arena para conservar ese elemento patrimonial y que se le pueda dar, más allá de su uso cultural, un uso real. Sería, cuenta, volver a tejer las redes en el medio rural que tenían nuestros antepasados hace 100 años.

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Y es que el plan es poder moler en allí cereales antiguos y variedades de trigo local que están recuperando con mimo ciertos agricultores; trigos como el 'Rojo de Sabando'. También se podrían moler las castañas del propio Apellániz, que se dan a escasa distancia del propio molino. Con esa materia prima se realizarían diversas elaboraciones en el obrador que ha generado trabajo y actividad en Maeztu. Economía circular.

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