El sanatorio de Pedrosa entra en la Lista Roja del Patrimonio
Considera, no obstante, que "se muestra fácilmente recuperable en su estructura y entorno"
Santander
El sanatorio de Pedrosa, ubicado en la isla el mismo nombre en la bahía de Santander, frente a la localidad de Pontejos (Marina de Cudeyo), ha sido incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra que recoge más de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato. Hispania Nostra ha denunciado que el sanatorio cántabro se encuentra en estado de abandono, aunque "se muestra fácilmente recuperable en su estructura y entorno".
La asociación ha destacado que el sanatorio se ubica en un entorno "privilegiado" de patrimonio edificado, paisajístico y cultural, y que las edificaciones que, junto con el sanatorio-hospital, conforman este conjunto urbanístico en este medio natural ubicado en un espacio estratégico, "pueden y deben ser recuperadas y protegidas". Al respecto, ha opinado que el espacio debiera recuperar el carácter pedagógico que tuvo, entre otras posibles funciones y usos.
Actualmente, el complejo hospitalario está conformado por varios pabellones, una iglesia y un teatro modernista distribuidos por el parque con diferente valor arquitectónico, todos en mal estado salvo el utilizado por el Gobierno cántabro como parte de la Fundación Cántabra Salud y Bienestar Social, y que está destinado a proyectos de rehabilitación de jóvenes drogadictos.
El sanatorio en su origen fue un pequeño lazareto (1869-1914) destinado a mantener en cuarentena a "los buques con patente sanitaria negativa cuando existían defunciones durante el trayecto, traían enfermos infecto-contagiosos o procedían de países con enfermedades endémicas". Su creación responde a la preocupación por el tratamiento de enfermedades tuberculosas surgida en la España de los primeros años del siglo XX.
En este sentido, en 1907, se creó el Real Patronato Central de Dispensarios e Instituciones Antituberculosas impulsado por Alfonso XIII (huérfano por culpa de la tuberculosis) y la reina Victoria Eugenia. Un importante congreso celebrado en 1908 daría lugar a una serie de medidas e iniciativas desde el ámbito médico-sanitario para crear sanatorios marítimos y de montaña y una de las primeras creaciones tuvo lugar en la isla de Pedrosa y en Oza (La Coruña), aprovechando antiguos lazaretos que fueron reconvertidos, en ese momento, en modernos sanatorios especializados en el tratamiento de la enfermedad en niños.
Las visitas de los reyes desde 1912 darán un importante impulso al carácter sanitario y social de este recinto, en el que se irán edificando varios pabellones que conformarán un conjunto urbanístico de carácter sanitario modélico en su época y contexto "y que bien puede ser recuperado, con esos mismos fines, en la actualidad", ha sostenido la asociación.
En 1920, con la presencia de la reina Victoria Eugenia, se colocaba la primera piedra del pabellón Infanta Beatriz y se inauguraba el monumento al doctor Manuel Martín Salazar, obra del escultor Enrique Marín Higuero (Málaga, 1873-1954).
A partir de 1965 se inicia una etapa hospitalaria más moderna que concluye el 12 de diciembre de 1988 con el cierre del hospital y el inicio de su decadencia. Actualmente, y solo de manera parcial, existe una unidad para drogodependientes en uno de los pabellones, dependiente del Gobierno de Cantabria.