Polémica final para aguarle la fiesta al Palmer Palma

Palma

Ha sido una auténtica lástima. El partido estaba muy bien encaminado, y la victoria ya se hacía notar en los labios de la afición palmesana. El Palmer Alma Mediterránea Palma había ofrecido una imagen casi insuperable y estaban a punto de vencer a un equipo prácticamente de ACB. Pero como todo en el deporte, y en la vida, a veces los planes no salen como uno tenía previsto y el guion, dichoso guion, te sorprende con un inesperado giro de acontecimientos.

El equipo que dirige el tándem Tomàs-Pérez ha sufrido una dura derrota. Por 74-76 han caído frente a todo un Leche Río Breogán que ha tenido que sudar de lo lindo para sumar su novena victoria en el grupo de la fase de ascenso. Una victoria que, tanto para uno como para otros, ha sido casi inesperada porque se ha cocido en las dos o tres últimas posesiones del encuentro. Hasta ese momento lideraban los locales habiendo realizado un auténtico partidazo que ha hecho vibrar a los pocos aficionados que saboreaban baloncesto desde las gradas. Justin Ruffington estaba demostrando un buen papel, pero 5 faltas le condenaban a seguir el partido desde el banquillo en los 2 últimos minutos. 74-73 conseguía recortar el Breogán en los segundos finales.

En el primer asalto, no es noticia, el Breogán abría el encuentro con un primer arreón que ponía el encuentro 2-12 rápidamente para los visitantes. Un duro parcial que ni con el tiempo muerto de los técnicos en los primeros minutos se conseguía parar. Sólo las rotaciones podían frenar la hemorragia de puntos que estaban provocando los lucenses. A pista jugadores clave como Ronni Harrell (acabaría con 19 puntos) y Káramo Jawara para poner otra marcha y, ahora sí, ofrecer el potencial que tiene este Palma. Dos últimas acciones al final del cuarto maquillaban el marcador de 18-25 con el que se cerraban los primeros 10 minutos.

Y el segundo período, lo cierto, es que fue más de lo mismo. Un mal arranque en cuanto a concentración e intensidad del Palmer Palma ponía un rápido +10 en el marcador para los gallegos (21-31), lo que obligaba a los 'cracks' a hacer lo que mejor saben: tirar del carro. A base de la asfixiante defensa de Jacobo Díaz, infalible además desde 4 metros, y del potencial anotador de Khristian Kullamae (13 puntos) apretaban el partido, que se tornaba muy atractivo para los aficionados en el Palau. Pero otra vez, como en el primer asalto, dos jugadas finales maquillaban el marcador para enviar el partido al descanso con un 38-43.

La segunda parte fue un escándalo. El Palmer Palma salía a pista tras el parón con ganas de comerse le mundo y rápidamente lo demostraban. Pol Figueras, pieza clave en este equipo que no se caracteriza precisamente por anotar en demasía, quería aupar a su equipo a base de 3 puntos. En los primeros 10 minutos de la segunda parte, el Palma conseguía llegar al cuarto asalto habiendo dejado en 57 puntos a todo un Breogán y muy metidos en la pelea por llevarse la victoria.

55-57 y arranca el último asalto. Y aquí sí, el talento y la ilusión afloraron. Dos triplazos del francotirador Ronnie Harrell le daban la vuelta por completo al marcador y al partido, para que el Palmer Palma se adelantara 62-59. Y a caballo entre el +3 y el +5 se mantuvo este equipo que en las últimas posesiones ya se relamía y soñaba con una victoria vital frente al líder de la categoría. Pero todavía quedaba mucho partido, y siendo objetivos, el equipo no supo gestionar la victoria en el tramo final. Malas decisiones en las últimas posesiones se convertían en perdidas que, cargadas de polémica, podrían haber sido algo más. Pero el silbato sonaba para el lado gallego, que con 8 tiros libres consecutivos conseguía ponerse por delante a falta de 7 segundos. 74-76, y todavía quedaba una última posesión que, de manera muy pobre, no conseguía aprovechar Jacobo Díaz que se quedaba con el balón entre las manos y la victoria, hacia Galicia. 

Ante todo, gran encuentro de este Palma. Los de Tomàs y Pèrez han vuelto a demostrar que este equipo llega al tramo final de temporada en un gran momento de forma. Han puesto sobre las cuerdas a todo un Breogán, que volverá a casa sabiendo que, sin duda, tienen bastante en qué pensar.