El descubrimiento de Balears
Ahora ya puedo confesarles que a menudo escribía Mallorca, y tenía que borrarla para reescribir Balears por encima
Palma
Nadie va a recibir un premio por inventarse Balears, pero durante años hemos sido de los pocos que hablábamos de ese archipiélago como una realidad existente y cohesionada.
Ahora ya puedo confesarles que a menudo escribía Mallorca, y tenía que borrarla para reescribir Balears por encima.
Todo ha cambiado con el coronavirus.
Cuesta encontrarle efectos beneficiosos a una pandemia, pero la obsesión generalizada con los datos y su asignación por comunidades autónomas ha provocado que Balears emerja desde el fondo de los mares como una realidad incontestable.
Los nuevos contagios por cada cien mil casos en Balears, la tasa de positividad balear, el número de camas ocupadas en el archipiélago.
Incluso cuando se afianzaban los datos por islas, se ponían en relación con una entidad superior.
Los grandes cambios se producen con dolor, y el descubrimiento de Balears ha requerido de la necesidad de compartimentar una tragedia compartida.
Con el virus se consolida el estado autonómico, la España federal tendrá que esperar.
O tal vez andamos desesperados por encontrarle un giro positivo a la realidad.
