Historia

Descubren en Santomera una de las torres defensivas más grandes del mundo Íbero

El presidente de la Asociación Patrimonio Santomera, el profesor de Geografía e Historia y arqueólogo, Miguel Pallarés, trabaja en la excavación / EDU BOTELLA/EUROPA PRESS

Murcia

Un equipo de arqueólogos dirigido por el doctor en Prehistoria y Arqueología, José Ángel Ocharán, ha descubierto en la Sierra del Balumba de Santomera una de las torres defensivas más grandes del mundo Íbero que podría haber alcanzado hasta diez metros de altura y que habría servido como fortín para controlar el valle del Segura y la Rambla Salada, dos vías naturales de comunicación en la Prehistoria.

En concreto, la excavación ha sido impulsada por la Asociación Patrimonio Santomera y ha permitido sacar a la luz una torre que mide unos ocho metros de largo por ocho de ancho. La altura, no obstante, se desconoce y es "difícil de estimar" porque los íberos construían sobre un zócalo de piedra al que le colocaban una parte superior de adobe. Todo el conjunto era coronado por una plataforma de madera.

"La parte de adobe y madera, obviamente, ha desaparecido", según ha hecho saber  el presidente de la Asociación Patrimonio Santomera, el profesor de Geografía e Historia y arqueólogo, Miguel Pallarés.

No obstante, Pallarés explica que se han reconstruido torres de hasta diez metros de altura en otros enclaves, y estima que la de Santomera podría oscilar entre los diez y los seis metros. 

El interior de la torre consta de una serie de contrafuertes para evitar su derrumbe donde se han detectado restos de adobe que corresponden a la parte superior de la estructura.

Este arqueólogo ha recordado que el Valle del Segura es una vía natural de comunicación desde la Prehistoria hasta nuestros días. Sin ir más lejos, hay ejes de comunicación con el Valle del Guadalentín, que accede al interior de Lorca y continúa hasta Andalucía. Además, Santomera está enclavada en otra vía de comunicación natural, Rambla Salada, que conecta las cuencas neógenas de Fortuna y del Altiplano con el Valle fluvial del Segura.

Hasta ahora, los arqueólogos no han encontrado una muralla asociada al fortín, por lo que el carácter defensivo vendría dado por la propia torre y la elevación sobre el terreno.

En base a toda esta información, los arqueólogos manejan la hipótesis de que este enclave podría ser perfectamente un punto de avance de control hacia otras ciudades internas como Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) o Lorca, que también era una ciudad Ibérica. La desembocadura del río Segura era un punto estratégico y clave, con asentamientos fenicios e Íbero.

El objetivo es llevar a cabo una investigación científica del poblado, pero también ponerlo en valor paralelamente, para lo que están reconstruyendo el enclave y estableciendo un recorrido para que se puedan hacer visitas guiadas y escolares en los próximos días. En un futuro, se plantea su musealización.

 
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