La teoría de la probabilidad

Córdoba

Yo nunca juego a la lotería. No me gusta jugar a ser perdedora. Decidme derrotista, pero así lo creo. Es dinero tirado. La probabilidad de que me toque, por ejemplo, la primitiva, es de 1 entre 17 millones. O sea que no juego.

Otras veces hago caso omiso de los datos que me dicen que uno de cada cien fumadores padecerá cáncer… fumo poco pero ahí estoy yo, sumando y sin querer mirar.

No digo yo que tengamos que estar echando cuentas todo el día, aunque podríamos, los datos están ahí. ¿Para qué voy a pensar que la probabilidad de morir en un accidente de coche es uno por cada 400. ¿Me va a tocar a mi? Pues no, cojo mi coche y me pongo de cero a cien en 7 segundos y flipo.

Por otro lado, no dejo salir mis hijos a salir a jugar a la calle, por si les pasa “algo” cuándo sabemos que el 99% de los accidentes infantiles se producen dentro del hogar en presencia de adultos.

En fin… Miedos injustificados nos paralizan y retamos a la muerte con la misma facilidad, y es que lo nuestro no son los números. Vale, de acuerdo, me pasa.

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Pero la cosa se pone seria. Llevamos más de un año barajando porcentajes: índice de mortalidad, probabilidad de contagio, número de vacunas por día…A estas alturas nos bailan las cifras y apenas podemos ya pensar.

Una cosa está clara. La tasa por trombos en vacunados es infinitesimal.

Por otro lado, las cifras de contagios no bajan y los muertos por covid-19 nos agujerean el alma cada día.

Dos y dos son cuatro.

                                                                          Eva Puche es psicóloca sociambiental.

                                                                                                                     @evapuche8

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