Muere otro imitador de Ícaro
Todos los pilotos son imitadores de Ícaro, asumen el riesgo supremo de volar

La línea roja Matías Vallés (20/04/2021)
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Palma
Buenos días. Damos por sentados los muertos en carretera, hasta tal punto que se se sentirían ustedes sorprendidos si habláramos hoy de las víctimas fatales que el asfalto prodiga con machacona insistencia.
En cambio, periódicamente fallece sobre el cielo de Mallorca un piloto o un hombre con alas aficionado, y estas muertes desde el aire todavía detienen nuestro pulso colectivo.
Sucedió el domingo al estrellarse en Vilafranca el ultraligero que pilotaba Lars Ranzenberger, un experimentado aviador alemán.
Todos los pilotos son imitadores de Ícaro, asumen el riesgo supremo de volar.
En el caso del alemán fallecido, no volaba para acercarse al Sol poco interesante, sino para verificar la belleza de Balears desde el cielo.
De hecho, Ranzenberger diseñaba ambientes mediante luces led que eran la transposición terrestre del cielo estrellado.
Hoy nos emociona su testamento, porque refleja la intimidad entre Balears y Alemania a través de una serie de fotos aéreas de Mallorca tomadas desde su avión.
Con esta leyenda: “Me siento muy agradecido por haberme permitido vivir en este increíble paraíso”.
El imitador de Ícaro fallece tras haber disfrutado ese paraíso con mayor perspectiva que cualquiera de nosotros, seres terrestres y también mortales.




