De cantante de Puturrú de Fuá a señor del castillo en Añón de Moncayo
Curro Fatás, el que fuera cantante de unos de los grupos más pegadizos de los 80, cambió el turismo de playa al que tanto alabó con aquel 'No te olvides la toalla', por la gestión turística de una fortaleza construida por los Caballeros de Malta en Añón de Moncayo, un pueblo de apenas 200 habitantes
Tarazona
Desde hace tres años, Curro Fatás es gerente y guardián del castillo de Añón de Moncayo, en Zaragoza, construido en el siglo XIII y convertido en un alojamiento rural con mucho encanto. Desde su fortaleza, enarbola la bandera del turismo rural como arma infalible contra la despoblación mientras sigue dando rienda suelta a su inagotable talento y su contestataria actitud. Todo ello sin dejar de practicar lo que más sabe, divertirnos.
¿Cómo arribó el cantante de Puturrú de Fuá a las Tierras del Moncayo?
No te voy a engañar. Fue culpa del vino.
¿Cómo?
Me explicaré. Tras dejar Puturrú, me tuve que buscar la vida y empecé a trabajar en una productora de vídeo aragonesa, Videar. Nos dedicábamos a producir contenidos expositivos, así que ganamos en concurso del montaje del Museo del Vino del Monasterio de Veruela. Estuve durante más de un año viniendo a Vera de Moncayo, donde había una casita con terreno que me guiñaba el ojo y nos la compramos mi mujer y yo como segunda residencia.
Pero luego se convirtió en primera…
Sí. Vino la crisis de 2008, tuve que cerrar la empresa y decidimos emprender una aventura desde nuestra casita del Moncayo. Montamos un obrador de mermeladas de autor, Bubub, un producto de gourmet que me trajo a esta tierra hace ya 12 años.
Y ¿qué es eso de un murciélago que se cruzó por medio?
Bueno, eso ya tuvo que ver con el Castillo El Comendador de Añón. Estando aquí recibo un día una llamada: “Hola ¿eres Curro Fatás?”, le dije que sí y me preguntó, “¿todavía sigues cantando?”, le contesté, “sí, en la ducha todos los días, y de vez en cuando aún me echo algún bolillo por ahí, ¿quién eres?”. Me explicó que era Pedro Serrano, concejal de cultura de Añón de Moncayo para a continuación soltarme, “te llamo porque hemos recibido una subvención para celebrar el Día del Murciélago Europeo en el pueblo”.
¿Perdón?
Eso mismo dije yo. Fíjate que pensaba que era una broma de LOS40. Querían que cantara una canción de mi repertorio sobre vampiros en las Cuevas de Añón. Pensé que el tío me estaba diciendo unas cosas rarísimas. Pero es que además de eso, me dijo, “te vienes a mi castillo y lo hablamos allí”. Miré a mi alrededor para ver si había alguna cámara oculta. Pero realmente era todo cierto.
Pero al final fue hasta allí
Claro. Pedro era un cardiólogo de Zaragoza. Su padre había comprado el castillo en 1973 y lo había ido restaurando. Estaban terminado las obras y la idea era abrirlo como una casa rural. Al principio empezamos a plantear alguna cata de mis productos en el castillo y, cuando las mermeladas ya andaban solas, Pedro me ofreció gestionarlo. Me pareció algo fascinante, un gran reto, una cosa nueva en mi trayectoria tan diversa. Ya llevo tres años y medio como Señor del Castillo de Añón. Como ves, son cosas mágicas que me han ido trayendo al Moncayo.
¿Cómo es el castillo del Comendador de Añón?
Es una joya del S. XIII. Está entero, guarda su perímetro completo de murallas porque cuando se abandonó en el siglo XIX, los ‘precursores de Ada Colau’, que digo yo, se pusieron a ocupar el perímetro exterior haciendo sus casas recreciéndose hacia fuera, pero conservando la estructura de la muralla. Esta circunstancia y que fuera posteriormente la Casa de Ejercicios Espirituales del Obispado de Tarazona, hizo que estuviera casi siempre habitado. En los años 70 el Obispado sacó a subasta lo que ahora es casa rural y durante 50 años la familia estuvo restaurándolo para abrirlo como un hotel con el ‘saborcico’ del castillo.
Y ¿cómo es el Señor del Castillo de Añón?
Pues sobre todo un buen anfitrión, me gusta que la gente se sienta como en su propio castillo. Les ayudo mucho a conocer la zona: el Pozo de los Aines, Tarazona, el Parque Natural del Moncayo, la Cueva de Caco, sitios para comer, rutas… además, todos los días hago una visita guiada gratis al castillo y a iglesia parroquial de Añón.
Esta pandemia, ¿ha venido a poner en valor el turismo de interior y destinos como Añón de Moncayo?
Esta pandemia ha servido para que los zaragozanos conozcan su provincia como nunca pensaban que la iban a conocer. Somos muy dados a irnos a Bali o a la República Dominicana y no conocer el Moncayo o las Altas Cinco Villas. La gente ahora se mueve más por su entorno más cercano. Además, esta pandemia ha hecho que se apueste por el turismo rural, que ha sufrido menos que el turismo más clásico. Hemos tenido momentos en los que esto se ha llenado, parecía el Pirineo II. Yo invito a todos a que conozcan la comarca de Tarazona y el Moncayo. A los que vengan les haré una visitica por aquí.
¿Una visita cantada?
Sí, claro, (risas). De hecho, cuando entramos en la iglesia me arranco tímidamente con el Gregoriano. Además, he hecho una versión de la famosa toalla, del ‘no te olvides la toalla cuando vayas a la playa’ al ‘no te quites nunca el sayo cuando vengas al Moncayo, ooh, sa, lala, ye, ye, yeye…’”.
Curro Fatás será uno de los invitados a participar en La España Vaciada que se celebrará el próximo 30 de abril en el Monasterio de Veruela, en Vera de Moncayo (Zaragoza). Un encuentro organizado por la Cadena SER que cuenta con el impulso de Feníe Energía. Podrá seguirse también en directo a través de laespañavaciada.es
Este encuentro lo hacen además posible la la Diputación Provincial de Zaragoza, Ayuntamiento de Tarazona, Fundación Tarazona Monumental, Comarca de Tarazona y el Moncayo, Ayuntamiento de Vera de Moncayo, DO Campo de Borja, Aceite Sierra del Moncayo, Engloba y Grupo Casaus.