Las asociaciones vecinales protestan contra las cocinas fantasma

Madrid

La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) ha presentado este jueves una queja ante el Ayuntamiento contra varias cocinas fantasma de la capital. Los afectados denuncian que estos lugares clandestinos generan olores, ruidos y atascos que afectan gravemente a la vida de los vecinos. 

El presidente de la FRAVM, Quique Villalobos, ha asegurado que algunas de estas cocinas carecen de permisos municipales e incumplen la normativa de actividad y niveles de ruido. "El Ayuntamiento tiene que adelantarse a estas circunstancias. Las normas están para proteger a los ciudadanos y deben de cumplirse; por ello, estas empresas deben ubicarse fuera de las zonas residenciales", ha declarado. 

La Portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, ha asegurado que desde el consistorio se evaluará el cumplimiento de la normativa para tomar posteriores decisiones. El Alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró también en el pleno del pasado martes que el Ayuntamiento trabajará para determinar el futuro de estas actividades. 

Sin embargo, los afectados demandan una mayor celeridad de cara a solucionar los graves problemas de ruido, olores y atascos que, aseguran, generan estas cocinas fantasma. 

Entre los afectados que han acudido este jueves a la concentración frente al Ayuntamiento, se encuentran los vecinos de la calle José Calvo, en el distrito de Tetuán, que denuncian la molesta actividad que mantienen diariamente 21 cocinas en una nave colindante de 800 metros cuadrados. 

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Eugenia, vecina del inmueble, asegura que las molestias son continuas. "Cada mañana escucho el sonido de las chimeneas. Es algo constante. Mi casa da pared con pared a las cocinas, y los ruidos y olores son algo constante. Me compré el piso hace unos meses, antes de que pusieran las cocinas. Si lo llego a saber antes, me lo hubiera pensado", dice. 

Las cocinas industriales se han expandido por la capital de manera silenciosa; desde los barrios de la periferia hasta el centro, donde se encuentra la calle de San Bernardino, una de las últimas localizaciones de estos negocios.

Thiago, vecino de la zona, asegura que en su calle han comenzado a operar siete cocinas. "Se ubican en el local a pie de calle de nuestro edificio. Llevábamos semanas sin saber nada, hasta que a uno de los operarios se le escapó. Lo han llevado todo desde el absoluto silencio: sin informar a ningún vecino, sin que nadie nos ofreciera ni una sola explicación", dice. 

Para este vecino del distrito centro, el principal problema es precisamente la clandestinidad con la que llegan estos locales. "Por más que pregunté, nunca me respondieron. Incluso me llegaron a amenazar con llamar a la policía. Es extraño que nadie nos dijera nada, y más cuando han tenido que hacer obras que afectan al inmueble en general: tuberías de gas, bajantes... remodelaciones de las que tampoco nos informaron", explica. 

El número de cocinas con licencia de actividad que operan en la capital asciende a diez, según datos del Ayuntamiento, de las cuales exclusivamente cuatro han adquirido ya la de funcionamiento; permiso necesario para ejercer la actividad. Sin embargo, en tan solo dos ubicaciones de la ciudad se registran hasta 28 cocinas que operan con total normalidad, según los vecinos.