Pardo: "Necesitamos que los habitantes del Orfeón tengan un comportamiento más cívico"

Aranda de Duero

La Directora General de la Vivienda ha advertido de que la Junta de Castilla y León podría plantearse medidas contundentes con los inquilinos del edificio del Orfeón Arandino si las actuaciones de mejora que se llevan a cabo en el inmueble apenas perduran por el comportamiento incívico de los propios habitantes. Así lo ha indicado al ser preguntada por esta redacción por los planes de la Junta para este edificio, seis meses depués de que el Consejo de Cuentas achacara a la adminsitración regional actuar con dejadez en el inmueble. Para María Pardo el problema no es que las administraciones públicas no estén interviniendo en esta infraestructura, sino que “cada vez que hacemos una inversión, los inquilinos de ese inmueble, que deberían de tener un comportamiento más cívico, arrancan todo lo que hacemos. Es un poco difícil hacer inversione que, inmediatamente realizadas, prácticamente se tiran a la basura. Claro que la Junta de Castilla y Leon está encima del Orfeón Arandino, pero necesitamos que los habitantes de ese inmueble tengan un comprotamiento más civilizado, porque, evidentemente no podemos hurtar esa inversión pública a otros ciudadanos que también lo necesitan.” Como ejemplo María Pardo aludía a la inversión de más de medio millón de euros que la Junta realizó recientemente para renovar cableado del edificio, que asegura, fueron arrancados después.

Mirando hacia el futuro ha advertido de que no se puede “seguir toda la vida invirtiendo en el Orfeón arandino para que esos ciudadanos no tengan un comportamiento cívico. Pues a lo mejor tenemos que tomar otras medidas.” No será de forma inmediata porque, pese al enfado y la contundencia con los que se ha pronunciado Pardo apunta que “de momento estamos en la vía de mejorarlo y de no abandonar, porque hay ciudaanos que se comportan debidamente y que no tienen que pagar las consecuencias de los que no lo hacen, pero en el Orfeón parece que la immensa mayoría no tiene ese comportamiento”

Aún así María Pardo reconoce la dificultad de actuar sobre una situación compleja en la concurren factores que escapan a las competencias de su Dirección General e implican a otros organismos. “Si las viviendas se emplean para otros usos que no son el residencial, una actuación que debería realizarse es sancionar a esas familias, y en algunos casos incluso desahuciar. Pero el problema es que si ponemos en Derecho encima de la mesa a lo mejor es mejor no actua” reflexiona. “Porque si actúo conforme a lo que me permite la norma jurídica, sé que voy a perjudicar a esas familias, y mucho. Y no se trata de eso. El equilibrio es dificil: no quiero que las personas vivan en infraviviendas o de forma no acorde con la realidad del siglo XXI. Pero si esas inversiones que se hacen es para no comportarse como personas civilizadas, tendrán que aprender, porque las adminsitraciones no podemos estar toda la vida supliendo la falta de adaptación de esas familias al mundo civilizado. No es una situación deseable y se desborda por completo de las competencias de la Dirección General”.

Pardo ha apelado a la intervención de otros organismos. “Aquí no tendría que hablar yo sola, porque no solamente es vivienda. Hay otra serie de comportamientos que no competen al ámbito de mis atribuciones en los que se tendría que intervenir. De hecho es difícil tomar una solución porque a esas familias no se las puede dejar abandonadas, porque nosotros estamos cerca de los más necesitados.”

Y su diagnóstico final no puede ser más pesimista “es una actuación continuada que no va a mejor”.

Pueden escuchar aquí la respuesta íntegra de la Directora General de la Vivienda, María Pardo, a las preguntas sobre el futuro del Orfeón Arandino