El toque se queda
Dadas las limitaciones de los horarios de ocio y restauración, por no hablar de las limitaciones a la convivencia, el toque de queda no sirve para nada
La línea roja Matías Vallés (06/05/2021)
01:11
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1620283028_981174/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Palma
Buenos días. Mi posición frente al toque de queda es clara y rotunda, articulada en dos interrogantes.
¿Quieres la prolongación del toque de queda? No, bajo ningún concepto.
¿Y si no hay toque de queda vienes a cenar con ocho personas a medianoche? Tampoco, de ninguna manera.
Esta doble respuesta negativa es consistente en unas islas caracterizadas por su amor a la ambigüedad.
Dadas las limitaciones de los horarios de ocio y restauración, por no hablar de las limitaciones a la convivencia, el toque de queda no sirve para nada.
Y precisamente porque a las tres de la madrugada de un lunes no hay nadie por la calle, no hay que prohibir que la gente esté en la calle a las tres de la madrugada de un lunes.
¿Por qué se prohíbe lo que nadie va a hacer de todos modos?
Porque sirve de advertencia.
La sola idea de que la vida urbana queda cancelada durante siete horas al día, debe mentalizarnos sobre la gravedad de la pandemia.
Puede ser útil, pero también es infantilizador.
Y en Madrid se ha votado abrumadoramente contra la insistencia en tratar a los ciudadanos como a niños.
Pese a ello, el Govern insiste en que el toque se queda.
Será porque faltan dos años exactos para ir a votar.