Sin cuenta, no hay derechos

Bilbao

El comité de ética de Bizkaia, el Ararteko, una larga lista de colectivos e instituciones están denunciando las dificultades de las personas extranjeras para abrir y mantener una cuenta de pago básica (la semana pasada una marcha recorrió la Gran vía bilbaina, la calle de los bancos, para denunciarlo). La negativa es generalizada, pero, además, las entidades están cerrando las cuentas que se abrieron en su día solo con el pasaporte.

El problema viene porque, cuando estas personas vulnerables precisamente por estar en situación irregular, reciben ayudas públicas, se les obliga a tener una cuenta para cobrarlas. La Administración se desentiende de ese trámite. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y en la práctica esas ayudas no llegan, no cumplen su fin.

El comité de ética insta a las Administraciones a buscar fórmulas alternativas de pago, a considerar legalmente las cuentas como un bien básico o instar seriamente a los bancos a que cumplan la Ley. Y a estos, que presumen a veces de carácter social, a que aprecien las consecuencias sociales de esa decisión, su efecto en las persnas más vulnerables.

No solo hay COVID. Hay muchas desigualdades invisibles, hasta para los sistemas de protección social.