València honra a su Patrona, la Virgen de los Desamparados

Valencia

La tradicional Missa d´Infants, presidida este domingo por la mañana por el cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, en la plaza de la Virgen de València, con motivo de la fiesta en honor a la Virgen de los Desamparados, ha sido la primera gran celebración religiosa en España tras el fin del estado de alarma decretado por la pandemia del COVID-19. Después de que el año pasado se tuviera que aplazar por la crisis sanitaria, este 2021 la tradicional Missa d'Infants se ha podido celebrar en la plaza de la Virgen con un aforo reducido y medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas.

La celebración, adaptada a las medidas sanitarias vigentes, se ha desarrollado gracias a una “magnífica colaboración entre las instituciones organizadoras”, con un aforo de 750 personas y acceso limitado a aquellas personas que contaban con acreditación oficial, según ha explicado el Arzobispado de la ciudad en un comunicado.

Para ello, y garantizar todas las medidas de seguridad, se ha contado con la colaboración de unos 70 voluntarios de los 'Seguidores y els Eixidors', de Policía Local, Policía Nacional, Protección Civil y Cruz Roja, en una celebración que se coordina desde la Basílica de la Virgen y el Ayuntamiento de València. Asimismo, han sido empleadas cerca de 900 vallas para realizar todo el cierre perimetral de la plaza y calles adyacentes; y en un segundo cordón, para realizar los puestos de control de acceso. La misa, presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha sido concelebrada por alrededor de 40 sacerdotes.

Con la presencia de la Escolanía

La celebración en la Plaza de la Virgen ha contado también con la participación de la Escolanía de la Virgen, como es habitual, pero este año, por primera vez, los escolanes han cantado en la Missa d´Infants, en la que tradicionalmente interviene la Coral “Juan Bautista Comes” acompañada por la Orquesta del Conservatorio José Iturbi de Valencia, entidades que, debido a las restricciones de aforo, no han podido tomar parte.

Sin misas, pero con visitas a la Basílica

Tras la Missa d’Infants no ha habido más misas en la Basílica para permitir a los fieles la visita y evitar el colapso de la entrada. La Catedral también ha estado cerrada hasta las 11 de la mañana y a mediodía se ha celebrado la habitual misa pontifical con estricto control de aforo al 75 por ciento, ya que este domingo entran en vigor las nuevas restricciones por el coronavirus. 

Este domingo por la tarde, la imagen de la Virgen está previsto que salga en su Mare-Móvil, sin ningún aviso de su recorrido ni horario, con la simple intención de acercar la Virgen a sus hijos, tal y como lo está haciendo en estos días por los pueblos cercanos a Valencia.

Una imagen "histórica"

La imagen peregrina de la 'Mare de Déu dels Desemparats' ha estado este domingo, por primera vez en la historia, en la celebración de la Missa d'Infants que se ha producido en la Plaza de la Virgen de València, donde ha lucido el 'manto del Año Mariano Universal' de 1954, uno de los mantos de la Patrona considerado "histórico" por su valor y significado.

La presencia de la imagen de la Virgen en la Missa d'Infants que se ha celebrado en València a es un hecho histórico ya que en la fiesta habitual en honor a la Virgen de los Desamparados la imagen peregrina nunca está porque "se encuentra reservada esperando el momento del multitudinario traslado, que este año no se ha podido celebrar en cumplimiento de las medidas frente a la pandemia", ha detallado el Arzobispado en un comunicado.

Así es el manto de la Virgen

La imagen peregrina ha lucido el denominado 'manto del Año Mariano Universal', una gran obra de artesanía por el tejido con el que está hecho, tisú de plata fina sobre seda natural de color azul celeste, como por el rico bordado en oro fino.

Este manto, que está expuesto durante todo el año en el Museo Mariano Virgen de los Desamparados (MUMA), fue regalado por València a la Mare de Déu en 1954, en el marco del Año Mariano convocado por el Papa Pío XII con motivo del centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción.