El Sporting remonta el vuelo

Gijón

Si existe un motivo para el optimismo con el Sporting en un hipotético playoff es que, teóricamente, no se enfrentará a equipos que se encierren y que le cedan el balón. Y, para ser feliz, el equipo de David Gallego necesita espacios. Lo demostró ante el Lugo, que durante la primera parte supo esperar encerrado y convirtió en prácticamente estéril el dominio del balón por parte del equipo rojiblanco. Pero en cuanto pudo correr y encontrar a su rival descolocado en defensa, el Sporting halló el camino al gol, ese que se le venía resistiendo desde hace semanas. La victoria, importantísima, aparca la racha de cinco partidos sin ganar y permite al Sporting recuperar la quinta plaza y seguir dependiendo de sí mismo para meterse en un playoff en el que, si se cumple el guion, puede ser un rival muy a tener en cuenta.

Nadie esperaba mucho espectáculo de un partido al que el Sporting, poco estético de por sí, llegaba muy necesitado y teniendo enfrente a un rival sumido en una debacle de resultados, que le ha llevado a perder los últimos dieciséis partidos. De divertido, tuvo poco. Tras una primera parte soporífera, en el que el Sporting atacaba infructuosamente, buscando entrar por bandas pero sacando centros que casi nunca encontraban rematador. De hecho la mejor y casi única ocasión rojiblanca en los primeros 45 minutos fue un buen disparo de Manu García ajustado al larguero, que para evitar males mayores el portero del Lugo decidió enviar a córner. Poco más hubo antes del descanso.

Tras el paso por vestuarios, el equipo visitante pareció decidido a dar un paso adelante. Y, curiosamente, eso le vino bien al Sporting. Una acción de ataque de los gallegos derivó en rápido contragolpe en el que Djuka tocó de tacón para Bogdan, este sacó un pase horizontal que, inteligentemente, Manu García dejó pasar, al ver por el rabillo del ojo cómo llegaba por su izquierda Gaspar, que ajustó su disparo al palo contrario y lograba desmontar la afianzada teoría de que en este Sporting si no marca Djuka, no marca nadie.

Contemporizó a partir de ese momento el equipo gijonés, incluso demasiado, arriesgándose a llevarse un disgusto como el que pudo provocar Manu Barreiro, que se agachó en el área pequeña para rematar, ligeramente alto, un centro de Gerard Valentín desde la derecha.

Futbolísticamente, el partido del Sporting fue paupérrimo, pero el valor de la victoria es incalculable. Los gijoneses vuelven a ser quintos, adelantan al Girona y aprovechan el empate previo entre Rayo y Leganés para alejarse en tres puntos de los vallecanos y ponerse a solo dos de los pepineros. Superada con éxito la primera final, toca pensar en la siguiente: la del próximo lunes en Girona. Un triunfo en Montilivi serían palabras mayores, pero gracias al triunfo de hoy el empate también le mantendría por delante de los catalanes una jornada más.

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